EL TESORO DE LODARES
CAPÍTULO VII. ALBERTO CANO Y OTRAS AMISTADES
Llevaba solo unas horas en Albacete cuando me encontré en aquel tugurio tercermundista. Un local donde las paredes estaban ornamentadas con el barro del abandono en un bajo del callejón de Cervantes. La humedad en el interior no tenía piedad y se te metía por los huesos. Tres metros de largo por dos de ancho. Y encima, ocupando media estancia, una batería musical, la batería del Brujo, Paco el Brujo, un poeta borrachín amigo del rock and roll. Los músicos se sentaban en un pequeño amplificador por turnos para que todos tuvieran oportunidad de palpar algo caliente aunque fuera con el culo.
Paco El Brujo |
-"Tocáis muy bien, ¿cómo os llamáis?"Realmente el grupo lo formaron Domingo Sánchez Pingarrón, Mingo, hermano de Luis el Lobo (Los Trasgos) y Juan Siquier a finales del 77. Después entró Paco el Brujo, lector impenitente y poeta malditísimo y Pepe Inclán, otro hijo del rock and roll y músico polivalente. Su radio de acción se limitaba, como ocurriera en tiempos de los Distorxion, a las pequeñas fiestas estudiantiles de colegios e institutos: el instituto de bachiller Mixto 3 fue su escenario más frecuente.
-"Somos los Slang, o lo que queda de los Slang, realmente no tenemos nombre ya", contestó Siquier.
-"Pero bueno, habréis tocado alguna vez en público y os habréis presentado de alguna manera...".
Y Paco el Brujo se reía en silencio, se retorcía cuando se reía. Me miraba y me tendía el botellín.
-"Calla y bebe", quise entenderle.
Como no tenían donde caerse muertos pensaron que la mejor salida para aquel incierto futuro era el pecado: la pachanga. Juan Siquier se opuso. Era el que menos poder adquisitivo podía tener, el menos indicado para contradecir aquella decisión puesto que en su vida había tocado con una guitarra propia y menos eléctrica, pero se opuso. En aquellos días a Juan Siquier le repelía profundamente " prostituirse ".
-"Un día -recuerda ahora el guitarrista-, me presentaste a Armando de Castro de Barón Rojo, me preguntó que con qué guitarra tocaba y me quedé cortado porque no tenía ni había tenido en mi vida una guitarra eléctrica . Le dije que lo mio era la acústica, que era mentira, pero algo había que decir para quedar bien".JUAN SIQUIER
Juan Siquier |
Aquel primitivo grupo que encontré en el callejón de Cervantes, el 2 de marzo de 1979, se convertiría, efectivamente, en una de las numerosas orquestas que sobrevivirían en la ciudad, sin Juan Siquier y con Paco el Francés en su puesto. Siquier formaría pocos días después lo que todos conocimos como Erizo, una de las formaciones más espectaculares de aquellos oscuros días musicales de final de década.
LA RADIO
Cartel, orginal de Miguel Barnés, del programa de radio Aeroplano |
Hello, I Am Your Heart, del grupo Manfred Mann Earthband fue siempre la sintonía del programa de rock Aeroplano.
EL FOGONAZO
Cartel del I Festival de Rock en Albacete |
Preparativos del Festival de 1979 |
Esta foto se incluía en la portada interior del álbum "Ahora" de Asfalto y corresponde a aquella histórica noche en Albacete |
Aquel 7 de septiembre la plaza de toros de Albacete estaba abarrotada, el ayuntamiento, que no se fiaba nada de nuestra gestión, había puesto la entrada a 100 pesetas, "es la primera vez y no podemos pinchar", decía el concejal de festejos Carlos Sempere, que luego reconocería públicamente que con aquel entradón habrían compensado los gastos del recientemente celebrado Festival de Albacete:
-"Si hubiésemos puesto la entrada a 200 pesetas hubiéramos pagado toda la feria", se lamentaba posteriormente el mismo concejal. El público asistente vivió su primera noche rockera, una noche que desde entonces, ha entrado imprescindiblemente en la programación pre-ferial de nuestro ayuntamiento.
En cuestión de política la izquierda enrrolla más,
buscas tu ambiente, no te importa ganar,
disfrazas tu cuerpo, tu cara y tu pensamiento,
qué importante es estar al día.
(Asfalto. La Mujer de Plástico.1978)
Claro que no todo fueron satisfacciones en aquella primera experiencia musical de masas en nuestra capital. La derecha conservadora de la ciudad, los mismos que habían dejado de dirigir Albacete con la llegada de la democracia, no comprendieron aquella demanda trivial y protestaron enérgicamente el cambio social protagonizado por los jóvenes, comandados por un ayuntamiento socialista que había propiciado con este acto aquella "furia desatada, dirigida irremisiblemente a la estulticia, la procacidad y el desenfreno". El periodista albaceteño del antiguo régimen Eduardo Cantos lo escribía así en La Voz de Albacete el día después del concierto:
¿ DONDE ESTAN ESOS VALORES HUMANOS ?
Vamos a hablar claro: El `Gran Festival Rock´ con el que se puso en danza nuestra feria, fue una vergüenza. Lo que se dio, se concitó, se permitió y se provocó en la noche del día 7, en la plaza de toros, desde luego que no tiene precedentes en Albacete. Y si hay quien que se sienta orgulloso de ello, demuestra una gran ceguera y un gran desconocimiento de cuales son los valores humanos de la juventud. Con arreglo a los datos que nos han sido facilitados, entre la `multitud´ allí agolpada, había delincuentes de mucho calibre. Delincuentes que, eso sí, se mezclaron con una muchachada que fue equivocadamente invitada a participar en algo que cualquier padre debe repudiar, pues es la antítesis de las buenas maneras, del buen comportamiento y, en definitiva, de la buena educación. Según esos datos que poseemos, allí fueron buscados los autores de seis robos de coche, así como los generosos repartidores de `porros´, cuyo consumo, en un momento dado, se hizo prácticamente masivo. En la apoteosis de la juerga, las parejas retozaron a sus anchas, hasta el punto de que, al día siguiente, en infinidad de palcos quedó la señal de su comportamiento sexual hecha desperdicio elástico que sonrojó a las propias personas que llevaron a efecto la limpieza del recinto. Pero, tranquilos, pues en definitiva lo que se vino a demostrar es que, debido a una absurda actitud, en Albacete también se sabe estar a nivel europeo, por lo que a materia de inmoralidad e indecencia se refiere. Ya es un dato. Un dato que se lo debe apuntar quien tenga el valor de reconocer que fue el causante de semejante bochorno. Claro que aún habrá quién después de leer esto, nos tache de estrechos e inmovilistas. Pues muy bien. Que pena que se esté hablando tanto de los derechos humanos y, tan poco, de los valores que deben adornar a las personas.
( La Voz de Albacete.12 de septiembre de 1979 )
Cantos..., cantos rodados sobre una España que nadie quiso recordar, aquella y otras muchas noches de septiembre. Albacete, como todos los pueblos de España, ya había emitido su veredicto en las urnas y la voluntad popular, mucho más la de las nuevas generaciones, estaba muy lejos de admitir aquel cúmulo de exageraciones alarmistas más propias del ideario fascista que nos había tocado vivir sólo unos años antes.
Déjalo rodar,
no serás feliz,
déjalo rodar,
no encontramos el momento
de mirar hacia atrás
y dejar la realidad.
(Alberto Cano/Azalea. 1981)
ALBERTO CANO
Alberto Cano |
-"He conocido a fulanito"Al poco tiempo Azalea se presentaba en otra fiesta de confraternización, en este caso en el salón de actos de la escuela de Magisterio. El grupo eran ellos mismos con Juanjo Rodríguez, que le daba a las baquetas con una velocidad que a menudo sobrepasaba los tiempos acordados. Lorenzo Polo también estuvo en aquella formación inicial. Un tal Julián acabaría tocando la batería con ellos (a Juanjo le traicionaban las revoluciones) y otro chaval jovencisimo, Francis, las teclas.
-"Me han presentado un chaval que toca la guitarra estupendamente"
-"Voy a formar un grupo”
LOS GRUPOS
Atlanta. De pie de izquierda a derecha Eduardo Fernández, Tomás Briz, Toño Atienzar. En cuclillas Joaquín Pascual (el Membri) y Paco Domínguez |
Constituían la nueva generación de músicos y por tanto su concepción del pop distaba mucho de lo que hasta entonces habíamos visto y oído en la capital. Por ejemplo, Jose María Ponce, el Cutre y Juan Rodenas, J.R., recién aparcados los cromos y los madelmanes se recorrían entonces todos los garitos de la villa con los singles de Parálisis Permanente, el grupo del difunto Eduardo Benavente o Academia Parabuten, Derribos Arias, Siniestro Total, La Broma de Satán, Gabinete Caligari y otros malditos de entonces, mostrando su irresistible puesta a punto que desembocaría inevitablemente en la formación de aquella banda espasmódica que bautizaron como Cortejo Fúnebre.
Camilo Fuentes |
Dios salve a Pepe Bono,
que nos la chupa a todos,
tiene cara de mono,
Uuuuh,Aaaah....
que se forra de millones,
y nos toca los cojones...
¡ quién no quiere ser Pepe Bono !
(Dios salve a Pepe Bono. Cortejo Fúnebre)
Aquellos días, Juan Siquier cuestionaba sus inclinaciones a lo sinfónico replanteándose nuevos derroteros, más cercanos a la música minimalista del británico Vini Reylli; Alberto Cano, inasequible al desaliento, proponía fórmulas más elementales, directamente influenciadas de lo que nacionalmente se conoció como "movida madrileña": Los Secretos, Los Zombies, Radio Futura, etc., y otros grupos locales como Fragmento Carter, Eslabón y posteriormente Años Marcianos fiaban toda su música al esplendoroso boom de los teclados. Lo cierto es que Albacete comenzaba a contar con númerosas agrupaciones juveniles que denotaban la intensa actividad desplegada en poco tiempo. Hubo que organizar, casi por decreto y obligados por las circunstancias unos conciertos mayoritarios en el Pabellón Polideportivo de la Juventud en los que periódicamente se pasaba revista a las tropas, casi como se hiciera en los sesenta en el Teatro Circo. No es que hubiera demasiados grupos interesantes, es que había demasiados grupos para ninguna infraestructura creada en torno a ellos.
1982 en el Pabellón Polideportivo. Están todos. |
Jade fue otro de aquellos primitivos grupos de la recién estrenada década. Eran horrorosos, les encantaba el mundillo de las bambalinas y los escenarios, pero no tenían idea de como meterle mano musicalmente. Lo mejor que hicieron fue ganar un concurso radiofónico, el Bocata Rock, que organizó la Ser. Fue muy gracioso porque todo consistía en que los oyentes del concurso debían votar con unas papelinas que iban incluidas en los envoltorios de cualquier producto Bimbo. Oyentes nunca se supo si tenía aquel programa de radio, pero aquellos días no quedó una sola furgoneta de Bimbo que no fuera asaltada por los jóvenes músicos de la ciudad. Alberto Cano estaba desesperado porque se había presentado con Azalea y veía como se le iba el concurso de las manos. Cuando con sus chicos quiso reaccionar asaltando igualmente las furgonetas de Bimbo ya fue demasiado tarde, Jade se les había adelantado y habían ganado por votación casi "unánime". El ridículo que hicimos luego, en Almansa, en la fase regional, los de la Ser, los propios Jade y Albacete en general fue espantoso. Estuvieron más nerviosos que de costumbre en su actuación y la idea general de quienes formaron el jurado fue de que Albacete en aquella época estaba en las catacumbas de cualquier movida musical. Al poco tiempo, Francisco Moreno, uno de los integrantes de Jade, moría abrasado en un incendio producido en su propia casa. Final terrible para quién hoy pudiera haber sido conocido más por lo que hubiera hecho en el futuro que por lo que llegó a realizar con aquella inexperta banda de chavales ilusionados.
Luego estaba Pepe Inclán y sus innumerables neuras. Inclán lo tenía todo para triunfar. Como se ha dicho era músico polivalente, de esos que lo mismo le ves con un sintetizador modelo Moog que con una badana de Essaouira. La guitarra, el bajo, la batería, no tenían secretos para él. Y esa pose derivada en look conjuntero que paseó toda su vida por el mejor escenario, también por el peor antro corralero, le regalaban un punto en su cotización artística. Alto, gallardo, ahora de rock, ahora de tecno, ahora de sinfónico, Pepe Inclán descargaba aquella adrenalina en grupos tan etéreos como fugaces: Control, Catacumba o aquella inevitable Pepe Inclán Band. Acabó también en la verbena porque pese a su anárquica apariencia siempre fue un tipo práctico, metódico y poco dado a la aventura.
De aquellos primeros años ochenta también proceden Andrade, el grupo que presentaba un adolescente Jesús Villar en el micrófono. Villar también tocaba la guitarra y, como no, hacía sus propias canciones. “No hace falta”, por ejemplo, en la que la voz de Jesús era un murmullo lateral (siempre ha torcido la boca para hablar) y en la que sus compañeros de viaje, Guillermo, José Luis y Javier cortaban el aire, de pura tensión intrumental.
No, no hubo más remedio que organizar aquellos conciertos anuales en el Polideportivo, “Encuentros” les llamaron realmente para exhibir a la joven audiencia albacetense aquello que sonaba regularmente por la radio. Para mostrarles que existían, que eran de carne y hueso y que no había nada ficticio en las pretenciosas alocuciones de los disc-jockeys. Así conocimos todos a Atlanta, con un chiquillo de batería que luego crecería, crecería y crecería: Toñito le llamaban, Toñito Atienzar. Paco Domínguez ya guitarreaba con ellos y por supuesto Eduardo Fernández y el hermano menor del joven escritor y músico Miguel Pascual, Joaquín, a quién no se sabe cómo ni porqué alguien comenzó a llamarle Membrillo, El Membri, para los amigos.
-"Atlanta bebe de las lejanas fuentes del rock genuino de los años sesenta y del sinfónico y los títulos de sus canciones van desde la teología pictórica como “Infierno Rosa” hasta la más universal declaración de principios: “Prefiero ser millonario” -decía entonces de ellos el periodista Antonio Avendaño en el diario local La Voz de Albacete,
-"y quién no queridos", remataba el propio periodista.Y así conoceríamos, en fin, a Cortejo Fúnebre (Camilo Fuentes, Jose Maria Ponce, Miguel Guardia y Juan Rodenas, J.R.); Fragmento Carter (Manolo Moreno, Juan Carlos Sora y Amparo Peinado, que acabaría en Cortejo Fúnebre, en Pecata Mundi y en un intento de triple salto sin red en un grupo de féminas locales, que quisieron llamarse Las Carmelitas Descalzas); Eslabón (Francisco Javier Gonzalez y Francisco Javier Ruiz) y Atico (con los hermanos Cebrián, Juan Francisco y Antonio, Pepe Blanco y Ramón Marín).
Emilio Martínez, El Pelos |
-"Lo mio son los Sex Pistols, Leño y Parálisis Permanente juntos", te lo decía de costado, con gesto de desprecio, molesto por la entrevista, como el que no quiere la cosa.
De El Pelos recuerdo siempre su disposición a viajar a todos los conciertos que tuviese a mano, a mano y a pie porque a muchos de ellos acudía haciendo auto-stop, con la entrada que se había ganado en algún concurso radiofónico, en el macutillo. Emilio Martinez siempre ha sido de esas personas que tienen prisa por llegar, el genuino personaje creado mil veces por los guionistas del rock. Su aventura, afortunadamente, aún continúa (posiblemente no le hubiera creído si alguien me lo llega a asegurar entonces).
FRANKY-FRANKY
Fue en aquel II Encuentro de Rock de Albacete, un viernes 20 de enero de 1984, cuando se presentaría oficialmente a la afición albacetense un licenciado en Filosofía Pura de Las Peñas de San Pedro llamado Francisco Sánchez Sahorí. Le acompañaban dos lugareños del pueblo, Fernando Alfaro y Marce Sarrió en la sección ritmica. Francisco había llegado unos meses antes a la emisora, entonces Antena 3, donde despegaba cada noche el Aeroplano, lo hizo con un casete deshecho de tienta, sin caja, como los que se venden en los rastrillos de segundo orden. Lo presentó como "la gran esperanza del rock llanero" León Molina, un cubano puesto al día en la cosa albaceteña, colaborador habitual de la emisora. Sus antecedentes eran fiables: teoría pop al día y amigo personal de Los Asesinos a Sueldo murcianos. La cinta vomitaba revolución cultural:
En su cama se masturba Cristina,
con un aparato de pilas,
esperando que llegue Fernando,
y le diga
¡ un, dos, tres !
¡ Deja el vibrador !
¡ que esta noche estoy yo !
(Cristina y el vibrador.Franky-Franky.1984)
Lo más salvaje que yo había escuchado nunca. Desde luego rompía todos los esquemas anteriores, sólo que sonaba espeluznante, distorsionado, casi inaudible y por tanto imposible de emitir. Decía, que aquel esperpento lo habían grabado él y sus chicos de Las Peñas y que se llamaban Vitamina C.
-" Imposible llamaros así porque ése grupo ya existe ", le mentí. (Vitamina C era realmente el seudónimo que yo utilizaba cuando quería colar algunas de mis también inaudibles jam-sessions personales en el programa. Lo hacía siempre que me faltaba material nuevo ).
A los pocos días, Sánchez llegó diciendo que había arreglado un poco el ruido de la cinta y que ya tenía el nombre definitivo de la banda: se llamarían Franky-Franky y El Ritmo Provisional.
Franky-Franky y el Ritmo Provisional. Los originales |
A LA FELICIDAD POR LA ELECTRÓNICA
Antes, en julio de 1983, se celebraron en Ciudad Real los Juegos Deportivos Castellano-Manchegos. La Junta de Comunidades, presionada por los distintos circuitos juveniles de la región organizó paralelamente el I Festival de Rock de Castilla la Mancha, un concurso en el que participarían todos los grupos de la comunidad que quisiesen. La selección de los finalistas la harían los distintos medios radiofónicos de las cinco provincias. Albacete contaba con un panorama no demasiado alentador. Pocos grupos, inexpertos y exentos todos ellos de una mínima originalidad. Erizo navegaba entre el sinfonismo urbano que aportaban sus notables músicos, Dirección Prohibida fueron los favoritos, pero su música, pese al tesón de Alberto Cano y la destreza del guitarrista madrileño Rafael Cobo no ofrecía mayor novedad que su extremada pulcritud, Atlanta tuvo siempre el hándicap de su débil repertorio; los demás se perdían en la extensa jungla de sonidos que ya ofertaba la década, sin acabar de acoplarse a ninguno de ellos de una manera diáfana, sin dominio de la situación, sin convicción y en definitiva, sin carácter. La sorpresa fue general cuando se supo que el grupo que iba a representar a Albacete en aquella primera concentración regional castellano-manchega iba a ser A la Felicidad por la Eléctrónica.
A la Felicidad por la Electrónica, Jesús Andicoberry y Emilio López Galiacho |
Como yo estaba encargado de enviar todo el material albaceteño a la organización del concurso, incluí en el paquete de cintas que me habían facilitado los demás grupos la de Plastika Nitra, con el consentimiento de ellos y con el cambio de nombre propuesto por Emilio López, basándose en la célebre frase pronunciada por Fernando Fernán Gómez en aquella inolvidable película de los años 50, “Una Pareja Féliz”. La sorpresa también la llevamos nosotros cuando notificaron que cuatro emisoras de la región, Radio Nacional de Cuenca, Radiocadena de Albacete, la Ser de Guadalajara y, obviamente, Antena 3 de Albacete donde yo trabajaba entonces, habían elegido por nuestra ciudad a ése novísimo grupo local con aquellos planteamientos tan originales. “Epstein Bar” y “Aeroplano” (que yo utilizaba muchas veces de sintonía de mi programa) fueron los temas presentados por los hermanos Andicoberry y Emilio López, que ante la responsabilidad de tener que actuar en la final en directo, por primera vez en su vida, se dedicaron en cuerpo y alma a buscar músicos de acompañamiento. Encontraron a un apuesto bajista albaceteño llamado Willy Villar, que no tuvo que sudar demasiado en la aplicación de sus bajos. Para Plastika Nitra la estética era fundamental. También a una amiga de Madrid que aunque no había cantado nunca en público tenía cierta experiencia en el escenario al ser componente de un grupo de teatro independiente de la capital de España. Pepe Andicoberry, que nunca tuvo clara aquella travesura, desistió de actuar en directo desde el primer momento. Fue emocionante verles después en video (al final yo tampoco estuve en Ciudad Real por desavenencias con la organización), allí, en la inmensa soledad del escenario, en un teatro hasta los topes de heavys, desamparados, con la única defensa personal de su música, aquella música informatizada, fría como un témpano y rodeados de camisetas negras, encaradas y excitadas por todos lados. No ganaron, pero estuvieron correctísimos, dando la nota vanguardista ante tanto tópico. Posterior y simultáneamente a sus carreras profesionales, Jesús Andicoberry siguió con sus experimentaciones en dos originales grupos: A Bao a Qú y en El Vicio de T (con una encantadora Silvia TDT como autora de espíritu conceptual y vocalista) y Emilio López Galiacho, que no dejó de tocar el piano en ningún momento, acabaría en el famoso grupo madrileño Los Elegantes. En su caso, se cumpliría la profecía de Fernán Gómez. Pepe Andicoberry, en cambio, no volvió a dejarme una cinta personal más ni a aparecer siquiera como corresponsal en la Villa y Corte en el programa Aeroplano. Desde aquel sofocón se apartó definitivamente de la música activa.
ALTOZANO
El Chule, Juan Carlos Arráez, Pascual Ortíz, Juan Siquier, Manolo Carrión y Alberto Cano: Altozano |
Cuando apareció “No hay final”, el álbum de Altozano, Alberto Cano vio cumplido su sueño, aunque el disco no reuniera sino unas cuantas canciones interpretadas correctamente, dentro de unos cánones que poco tenían que ver con lo que se estaba escuchando ya en el país. Tanta orquesta, tanta verbena y fiesta popular, tanta pulcritud en la ejecutoria, habían apartado peligrosamente de la actualidad discográfica a un músico prematuramente sazonado. Al principio, Alberto Cano no entendió, no quiso entender, ese punto de vista mío, tan cruel como real y durante un tiempo ambos acusamos un cierto distanciamiento. Más tarde, vuelto con éxito al redil de la verbena, unido emocionalmente a la música paralela que llevaba creando desde un tiempo con Juan Siquier, la lógica de la lealtad se impuso y ya tuve un amigo para toda la vida.
EL TRANSISTOR 2N3055
En efecto, Juan Siquier había estado trabajando como una hormiguita en el mas absoluto de los anonimatos en su propia casa, donde poco a poco crearía un más que correcto mini-estudio de grabación. Lo había hecho con las músicas delicadas, evanescentes, del guitarrista británico Vini Reylli a quién había conocido, discográficamente, en una de nuestras numerosas y teóricas charlas caseras. Siquier, ya se ha dicho, como extremado perfeccionista que es, se había dedicado en cuerpo y alma a trabajar aquellas músicas, premonitorias de lo que años mas tarde se conocería como New Age (nueva era) y estaba consiguiendo unos resultados espléndidos. Me tenía atrapado con su bellísimo “Ocre y Oro”, un instrumental donde exploraba todos los caminos nunca alcanzados por un músico albaceteño. Cuando los unió con Alberto Cano la experiencia fue de una plasticidad sorprendente. Al dúo le llamaron 2N3055 (nombre de un transistor de potencia en un amplificador),
El transistor 2N3055 |
Alberto Cano y Juan Siquer, 2N3055 |
Así era Alberto Cano, un torrente de creatividad unido a un apetito insaciable por estar en todas las movidas que hubiese en Albacete. Componía música para un mayor lucimiento de actos religiosos, daba y tomaba clases de guitarra, colaboraba con todos los grupos musicales que se lo pidiesen y además, Altozano, Juan Siquier, Franky..., la vida para él era un privilegio que había que explotar y no había tiempo que perder, todo lo más, dejar un minuto para los sueños:
-"Los kilómetros son algo habitual en mi vida. Y el sueño también. Además de aguantar a los borrachines de las últimas horas de baile, de discutir con cada empresario las cláusulas de un contrato que nunca se acaba de cumplir, de cenar mal en cualquier bar de carretera, de dormir en cualquier fonda del lugar. Eso no suena bonito. Dicen que no toco mal la guitarra, pero estoy insatisfecho con mi trabajo, me gustaría ser músico de otra especie. Tampoco ser una estrella, pero si dedicarme a la música fuera de las orquestinas, poder hacer un trabajo algo más creativo y, sobre todo, tocar la guitarra clásica. Me he propuesto salir adelante con una carrera académica en un conservatorio, aunque choque con mis ideas, soy un autodidacta convencido. Aún así, el estudio de la música ha creado para mí un nuevo universo, porque ahora mi habitación es como un centro de alucinaciones. Alucino tocando y dando vida a la partitura a la que me enfrento" -(fragmento de un escrito sin aparente destino que me entregó su padre, días después de su trágico accidente)
Aquel fatídico minuto le llevó a un sueño sin retorno. Alberto Cano moría días antes de la navidad de 1987 en un accidente de automóvil cuando regresaba, conduciendo, de una gala con el grupo Altozano. A su derecha, el copiloto, Juan Siquier, pudo contarlo.
Alberto Cano y Juan Siquier, 2N3055. Ocre y Oro. 1987
1 comentario:
Gracias por este estupendo artículo.
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