20.5.23

 

La Primavera del Juglar

Mayo 2023
Aeroplano 48 


This Was 1968
 Hablamos en esta 48 ocasión de alguien muy peculiar. Alguien que   mantuvo una llama encendida en el rock progresivo durante pocos años,   los que dieron de sí sus primeros  elepés y conciertos, absolutamente   fantásticos, cuando no verdadera y salvajemente excitantes. Ian   Anderson, líder y patriarca de aquel sonido de entre- siglos aterrizó   cuando los recurrentes tantas veces años sesenta desplegaban   su despedida pañuelo al viento. La Primavera del Juglar es la fantástica   historia de aquel personaje de leyenda. La que escribió bajo el nombre siempre recordado (aún vigente) de Jethro Tull

En realidad, Jethro Tull fue un agrónomo inglés, inventor de una original máquina sembradora de tracción animal. Con el molde y apariencia del clásico granjero británico murió a los 69 años, en 1741, y fue siempre considerado uno de los pioneros e impulsores de la revolución agraria en el Reino Unido.

Stand Up 1969
   Mucho tiempo después, en 1967, unos chavales       veinteañeros,
Michal Stephen, Jeffrey Hammond,   John Evan, Barri Barlow e Ian Anderson, el más estimulado de la   banda,   un adelantado de la guitarra acústica y de la armónica entonces,   quisieron homenajearle bautizándose como aquel héroe del remolque   animal cuando entonces aquellos jóvenes jugaban con guitarras,   armónicas, tambores, pianos y contrabajos emulando a los grandes del soul americano, el blues o a ciertas bandas campestres británicas aficionadas a la música tradicional de las islas. Rebuscaban diferencias con los ídolos imperantes aquellos años: Beatles, Stones, Who, Kinks o Small Faces. Se cambiaron varias veces el nombre: The Blades o John Evans Band, y debutaron en el Salón de la Iglesia de la Sagrada Familia en Blackpool, donde se ubicaban para poco después, uno de ellos, el más valiente y convencido, Ian Anderson, afrontar la apasionante aventura de grabar un disco en Londres donde se dibujaba la autopista a la fama y el reconocimiento. Cuando lo hicieron ya se llamaban Jethro Tull (con una errata imperdonable, no corregida, que les bautizó como Jethro Toi, Ni qué decir el valor que tiene hoy en el mercado coleccionista el ejemplar de aquel primer single del grupo). La cara A, la de la auténtica presentación de aquel debut se llamó Sunshine Day. En su cara B llevó el nombre de Airplane, un título excesivamente familiarizado mucho después con este blog y su autor.  

Benefit 1970  
   Ninguna, rotundamente ninguna repercusión tuvo aquel inicio ahora      histórico. La iniciática banda de Londres se sostenía a través de un   nuevo guitarrista, Mick Abrahams, adherido como una lapa a la   cultura   del blues. Abogaba por un sonido más agresivo, más   comprometido con la cultura que habían adoptado muchos de los   grupos que por aquel entonces triunfaban en Inglaterra, un rock   progresivo de muchos kilates. Clive Bunker era el batería, Glenn   Cornick el bajista y los citados Abrahams y Anderson completaban el   cuarteto. 

Aqualung 1971
Su repertorio había girado hacia un blues con cierta ortodoxia y Anderson, a la voz, acústica y armónica, cada vez añadía más instrumentos en su exagerado entusiasmo por querer ser el autentico protagonista del combo: saxofón soprano, mandolina, bajo, bouzouki, balalaika, teclados y, por fin, la flauta. El siempre ha dicho que aprendió a tocarla insistendo una y otra vez con aquella pieza, “la vieja serenata del cuckoo”, del gran músico americano Ronald Kirk. Siempre pensé que Ian Anderson en realidad a quien quería imitar era al propio Ronald Kirk, más que a su maestría y dominio de la flauta travesera. No llegó a los limites del músico ciego de Indiana que llegaba a soplar varios saxos a la vez (y alguna flautilla por la nariz). En cuanto tuvo claro el tema y el estilo Kirk a Ian Anderson se le aparecieron todos los juglares del reino. 

Thick as a Brick 1972

  En éste capítulo que puedes escuchar en la plataforma de sonido          iVoox queda reflejada aquella primavera para un grupo, para un tipo,   que dejó inscrita para el recuerdo eterno cinco discos absolutamente   impresionantes.





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