22.10.12

Abycine a propósito


Diario del Festival. Última jornada. 
Konig y Carax, despedirse a lo grande

Abycine este año ha durado un día menos que la edición del 2011 y, dios no lo quiera, un día más que la del 2013 a juzgar por cómo se toman estos políticos que nos gobiernan las cosas de la erudición cultural. Con ése aire que pasean los de la retribución privada, esa gente a la que pagamos para que cuiden NUESTRAS agitaciones. Esa gente de aire paternalista, arrogante, irritante tantas veces, sabedores de tener el cine por los cuernos; disimulando la ojeriza que le tienen al 90% del sector del cine por lenguaraces, descarados y desinhibidos.
Estuvo muy bien el equipo de Abycine en la sesión de clausura destacando varias veces los problemas que tuvo el festival para sobrevivir este año. Claro, que se lo dijeron (además de al público asistente) a los banderilleros que enviaron las instituciones. En la sala no hubo un solo alcalde (alcaldesa), un solo presidente (presidenta), ni nadie responsable que pudiera prometer y prometo. Ningún gallo (gallina) en el corral. O sea, que al margen de distinguir a los ganadores de las distintas secciones del festival como se merecían (falló alguna agenda personal), no hubo nada nuevo. Comienza la pelea por la próxima edición.

Y es que me imagino por la tarde a nuestra primera edil de la ciudad oír con el cómic Suspiros de monja y otras mariconadas en el bolso, o con el de Huevos de toro (comprendiéndolo) a Ralf Konig diciendo que "una minúscula chispa de heterosexualidad en mi cerebro se apagó rápidamente a los doce años". Ya me escacharro si es el caso de Nuestra Señora de Cospedal la que guardara como una peineta en su faltriquera el de Sementales de Troya, otra de las obras significativas del dibujante.

Qué tipo el Konig. Y qué inmenso ilustrador y guionista.
Ralf Konig, rey de los Cómics, el documental de Rosa von Praunheim (despedía el festival por la tarde), habla de él y él habla de la homosexualidad con la franqueza y naturalidad que todos desearíamos tener en un tema tan mundano, y tan cercano. Qué envidia oírle hablar así, sin tener que dar explicaciones si uno es esto o es lo otro. Al carecer mi menda de la condición “homo” las cosas se ven desde otra perspectiva, como si los “homos” y los “heteros” viviéramos en mundos exclusivos, juntos sí, pero no revueltos. Y si Konig se sincera, se desnuda absolutamente en sus declaraciones, no veo yo porqué los “heteros” no solemos hacer lo mismo respecto a esas diferencias de conceptos (creo que nos cortamos para que nadie piense en una remota homofobia). No estoy seguro, pero, por ejemplo, los de mi patio no somos tan extraordinariamente festivos como ellos cuando se reúnen,  tan glamourosos, pasionales, exhibicionistas...Sin embargo, sí hay algo que nos une descaradamente y sin problemas (supongo que muchas cosas más) y es la pasión común por el arte y ahí, efectivamente, Konig es un rey. Su trazo sencillo y rápido, su facilidad para la expresión exacta, su ingenio para la observación, el diálogo, las onomatopeyas, le hacen tocar la gloria definitiva del cómico genial, del comediante total. Ralf Konig, rey de los Cómics clava el estereotipo gay con el talento y lucidez de la misma manera que Allen (Woody) lo hace en sus películas con el estándar.
"¿Somos cursis?”, termina diciendo Konig, ya madurito, a su actual pareja en un arrumaco mutuo ante las cámaras.  Qué gratificante experiencia.

Otro ensayo igualmente atrayente es el de Leos Carax en Holy Motors. "La película habla el lenguaje del cine, pero no es una película sobre el cine", dijo el director hace poco a la prensa. Carax no se prodiga nada en declaraciones ni en contactos publicitarios; como que no le somos simpáticos, pero la crítica habla de su pasión cinematográfica y de sus homenajes escondidos a los grandes creadores en Holy Motors.

Otra de sus escasas declaraciones fue  "No soy sólo mis películas, pero estoy mucho en mis películas.". Holy Motors:  Nueve representaciones por encargo, nueve citas enigmáticas, en nueve situaciones diferentes y otros tantos homenajes a la historia de los géneros cinematográficos. Toda una exhibición que le avala como uno de los grandes. Es el cine de autor por antonomasia. El que no se explica o, sin embargo, tiene mil explicaciones. El que se disfruta y se propaga como elemento didáctico. El que puede cerrar, y lo hizo, un excelente festival en Albacete, sin ir más lejos..

Hasta el año que viene ("¡Uhhh!", decía Forges en Hermano Lobo).



Publicado en La Verdad Digital 1/11
Publicado en Diario La Verdad 2/11

Diario del Festival. Séptima jornada.
Fractal, y el verbo se hizo imagen

Los poetas inventan. Gracias a un buen puñado de esos productores de palabras que tenemos en Albacete podríamos decir que la ciudad vive un momento dulce en cuanto a fabricación, elaboración, secado y exportación del verbo amable. Estos días se celebra en la Facultad de Humanidades el ciclo Cinco Poetas en Otoño que desde el año 2000 organiza el Grupo de poetas de La Confitería, con el patrocinio del Ministerio de Cultura, el Vicerrectorado de Cuenca y la propia Facultad de Humanidades. Aún quedan pendientes de encuentro en dichas aulas voces tan esperadas como las de Alvaro García (8 de noviembre) o Carlos Marzal (15 de noviembre) y Abycine ha presentado, por segundo año consecutivo, su exhibición Fractal o lo que es lo mismo ése paso adelante que pretende un nutrido grupo de poetas locales basado en explotar al máximo la palabra, agitándola en una turbomix de sensaciones añadidas: la imagen (sobre todo), la música, el arte, el cómic, la escena y todas las disciplinas artísticas susceptibles de ser incorporadas.

El encuentro con ellos en el Cine Capitol supuso una jornada francamente agradable. Eso que te sientas cómodamente en una butaca y en una gran pantalla se suceden imágenes más o menos bellas aderezadas de voces cuidadas para declamar, o líneas escritas sobre la imagen proyectada con la clara intención de acariciar el horizonte visual. Una gozada que a más de uno se le antojó corta. Un relax. Otra pirueta del festival, independiente del objeto cine: corto o largo, dramático o terrorífico, sonoro o mudo. Juegos de alquimia. Combinaciones entre la palabra del clásico con el relicario del joven realizador (Alejandra Pizarnik-Hernán Talavera) o el trabajo Verde, que confrontaba la palabra, el cómic y la virguería técnica; en fin, nombres para el actual catálogo de acción artística local: Anselmo Gómez, Ana Serna, Chema Arake, David Sarrión, Andrés García Cerdán, por nombrar algunos y la exploración “extranjera” (Murcia, Sevilla, Barcelona...) que ya acude a la exhibición. Fractal es un regalo de todos ellos. De los que guarda con mimo la memoria presente.

No hemos hablado de Abycine Off, pero que se sepa: ha estado hasta la bandera. Otro éxito del festival. En la sala Heartbreack no cabía un mosquito para ver a Anni B. Sweet, esa chica Melanie (Safka) que ha cargado, con cierta fortuna, con el camión de moda: chicas-delicadas -cantando-en-inglés. No es una costumbre con denominación de origen nacional, ojo, los británicos disfrutan de alguna de ellas (Laura Marning) y los americanos, como Melanie, con un auténtico batallón, las famosas ya herederas de Joni Mitchell:  Brandi Carlile, Diana Jones, Ellen Jewell, Jolie Holland, Lucinda Williams, Sarabeth Tucek, Zoe Muth, Allison Moorer, Hope Sandoval ..., luego está la nórdica Beady Belle (para mi, con la Sandoval,  las mejores), la canadiense Feist y muchas más que tendría ahora que memorizar a fondo. El triunfo de la madrileña Russian Red disparó la llamada de atención sobre este “nuevo” movimiento girls y a renglón seguido surgió la malagueña Ana López que, con buen criterio artístico, decidió que Anni B. Sweet sería su nombre de batalla. La chica, sentada en un taburete y únicamente cargada con su guitarra acústica, canta como los ángeles y lo hizo, con un par de ovarios, en un rincón tan “hostil” como el club de la plaza de San José, mas dado habitualmente al rock and roll garagero o al blues enérgico. Fue aclamada y coreada por sus fans hasta conseguir mas de un bis. Un dispendio del festival, que quiso premiar de esta manera el rescate de aquel viejo movimiento que popularizara la Safka hace un porrón de años. Beautiful people.



Publicado en Diario La Verdad 1/11

Diario del Festival. Sexta  jornada.
Beginners

Las proyecciones del ciclo Videocreación corroboran suficientemente el arrebato albaceteño hacia las cámaras que comentábamos ayer. Como también ocurre en las secciones dedicadas a los Cortos o a Hecho en Castilla la Mancha. Con tal de coger una cámara y hacer una película vale todo en estas parcelas del festival, desde el típico videoclip musical de Javier Román en torno al grupo Band a Part (¿pero eso no era un pelí de Godard?)  hasta la singular Gravedad, emocional, que plantea Anselmo Gómez con nuestros  creadores Borja Cebrián (está de moda el “terrorista”), Arturo Tendero, Hernán Talavera, Claudia Massotto, Vania Cuenca, Andrés García Cerdán, Alberto Sánchez y María José Fernández, que a las ordenes de Anselmo y en un luminoso Black & White esconden la sonrisa irresistible como pueden y permanecen durante un minuto impávidos frente a la cámara en un ejercicio de autocontrol raramente triunfante. Disciplinados. Rodar es rodar.

Me vienen a la cabeza aquellas filmaciones en ocho o super-ocho (muchas de ellas simplemente familiares) que hicieron las delicias de todos los que gustaban del cine en los años sesenta. También fue un episodio costumbrista que llegó a crear estilo. Un colega heredó una maquinita de aquellas, una Carena C-600,  y se pasaba todo el día filmando en la calle. Recogía imágenes de mariposas, cucarachas, el parque, a su primo degustando un polo de limón, al dependiente de Legorburo... luego llegaba a casa y nos las mostraba ya tituladas: “Nido de Avispas”, “El camaleón indiscreto”, “Culogordo”... Yo ponía el tocadiscos a tope y ya teníamos sonido. Cuando Rafa Griñón y Jesús Liante llegaron con A cuatro patas aquello ya era un corto, pero un corto de verdad, con sus actores y su argumento kafkiano, literal: un tipo que hastiado del trabajo burocrático y la rutina diaria se levanta un día de la cama y resulta que sólo puede andar a cuatro patas. No veas la que organizamos en la calle Ancha y el Parque. Se montó en casa de Rufino Sánchez, un especialista entonces y coloqué a Duncan Browne en la banda sonora  principal. Llegó a exhibirse en el cine Capitol y Jesús López (Filmoteca de Albacete) me dijo que aún andaba la película por los archivos de la Filmo. Batallitas. Nada que ver con algunas de las cosas que se vieron en la sección del festival dedicada a la Videocreación albaceteña. Tiempos modernos. Otros talantes, otras maquinas, nuevas tecnologías, otra era... (Cachis, no haberse filtrado antes la informática...).

Ése nuevo carácter que muestra Fernando Davia, por ejemplo, en Un hombre sin mundo. El acabóse en sentido superlativo; nada que hacer, nada que encontrar. El desasosiego mas absoluto, donde los claroscuros y la sobre-exposición me retrotraen a algunas portadas discográficas de la movida de los ochenta y a los cómics de la época. Un excelente trabajo, aunque (en mi opinión) le sobra algún minutillo. En Running is Life, Juan Pérez también se luce con los fondistas: metáfora de la constancia y el auto análisis. O la belleza intrínseca de la danza en Fin, de Moncho Massé, con una excepcional, que bella, Alicia Atienza. Un trabajo técnico impecable. Los videos formativos y documentados de Laura Soriano (Gen Pez) y Pablo Alfaro (Tiempos Modernos), estudios y memorias sobre el autismo y la historia (horrible) urbanística de la ciudad, respectivamente; ambos, ensayos para guardar en casa como un magnífico material de archivo. Videocreación albaceteña permitió además conocer facetas inéditas del canta-autor Nacho González o participar en la ilusión de sentirse director de películas (debe ser estimulante) de Antonio Pablo Molina, Manu Sánchez, Ana Moreno, Alejandro Monreal, Jorge Arjona, Manuel Matos, Enrique Buleo y Felipe Aguilar. Sentir el cine desde dentro, nada menos. Sólo por eso ya se justifica su inclusión en el programa.

FIN from Moncho Massé on Vimeo.




Publicado en Diario La Verdad 31/10

Diario del Festival. Quinta  jornada.
Autoproducción o victoria

La presente edición va a pasar a los anales del cine propio, el que surge de nuestras familias, amigos, conocidos, me-han-dicho-que-fulanito... como el más prolífico presentado por el festival, o al menos uno de los que más ha abundado sobre nuestros inquietos cineastas. Si siempre se ha dicho que Albacete era tierra de toreros,  ahora se comentará la querencia natural de los albaceteños al mundo de la imagen, la fantasía y la interpretación (ya lo sabíamos sobre nuestros cómicos de teatro). Siempre hemos sido un poco “payasos” , eso es verdad, pero que la larga  zarpa del creador José Luis Cuerda haya llegado a un puñado significativo de especialistas en rodajes cinematográficos (dirección, actores, técnicos, gráficos, etc.,), eso no ha dejado de ser una sorpresa agradable para los simples aficionados como tu o como yo.

Sin ir más lejos, Abycine se ha concentrado este año, en parte, en tres directores albaceteños a los que ha presentado a los medios como un ejemplo, en carne y hueso, de lo que hablamos: Luis Alfaro, Jorge Arenillas y Helio Mira. Del primero vimos el otro día su excelente documental, Auto, sobre el estado de las cosas en el mundo de la edición discográfica, que no pasa precisamente por momentos gloriosos sino, más bien, todo lo contrario (por cierto, en el documento aparecen dos músicos de la ciudad: Fernando Alfaro y Joaquín Pascual). Si he dicho excelente he dicho magnífico. Alfaro pone el dedo en la llaga en una relación que a primera vista parece imposible: el autor de canciones que sueña con editar y su inevitable encuentro, más bien choque, con quienes manejan, operan, maniobran y manipulan esa edición.

A la industria discográfica, la aparición de Internet en el presente milenio, le cambió la vida... a peor; bueno no, a la catástrofe. Un juego de niños lo de la crisis de la burbuja que les llegó después. El papelón de los directivos de la Sociedad General de Autores terminó de apañarlos. Demasiados jefes para tan pobres soldados. Los nuevos artistas se encontraron confundidos con los contratos leoninos de toda la vida bajo la premisa de “Es que no se leen la letra pequeña”, dicen en el documental: Yo te edito, pero me perteneces y además, tu haces el trabajo, yo lo cobro y me quedo con todos los derechos de autor. Vaya negocio. Ese es el que han hecho toda la vida sin que nadie rechistara mientras instalaban oficinas en las mejores zona de la gran capital, invitaban a unos y otros en desmesuradas campañas de promoción y hasta se permitían más de un lujo gratuito con este y aquel. A los músicos, a los artistas, les perdían la pista al primer tropezón de ventas.

El documental de Luis Alfaro, Auto,  es cristalino y demoledor y, desde luego,  reivindicativo en la cuestión de la auto-producción. Y eso que Alfaro abre micrófonos a las disqueras. Que si quieres. Quedan retratadas y en algún caso ridiculizadas y descubiertas. Patética la intervención del portavoz de Limbo Starr (una pequeña independiente) que destapa ante el auto-despido de uno de sus escasos artistas (Nacho Vegas) toda la arrogancia y chulería de los  ejecutivos de  multinacional. Oyéndole, parece que estas ante el hijo de Botín o el ejecutivo máximo de la Warner. Ejemplares por otro lado, las explicaciones de gente como Jero Romero (ex-Sunday Drivers) o el propio Joaquín Pascual a la hora de auto-producirse sus trabajos, con mayor o menor éxito uno que otro. El documental es un tiro en todas estas reflexiones. Acertado y, además, oportuno. El día menos pensado nos vemos a la Pantoja en una indie.



Publicado en Diario La Verdad 30/10


Diario del Festival. Cuarta  jornada.
Leonard Cohen, un pájaro en el alambre

La discontinua carrera musical de Leonard Cohen ha sido una constante asimilada por cada uno de sus profusos seguidores desde que el canadiense lanzó aquel primer álbum, The Songs of Leonard Cohen, en la navidad de 1967. La llegada de sus siguientes discos, Songs from a room y Songs of Love and Hate, contribuyeron a iniciar la leyenda del cantor agridulce, conmovedor, íntimo, cansado o trovador romántico la mayoría de las veces. Lo que se dice un icono para las generaciones de aquellos años, abotargadas de rock and roll, psicodelia y ritmos frenéticos. Sin haber llegado nunca a ventas espectaculares, comparadas con las de sus “enemigos naturales” (Bob Dylan, Beatles, Rolling Stones, Jimi Hendrix, Frank Zappa...), en los comienzos de la década de los setenta su manager de entonces y de toda la vida,  Marty Machat, decidió dar el salto del tigre y, como habían hecho los artistas antes mencionados, rodar una película sobre la gira que Cohen debía cumplir en Europa. En aquella época, Cohen no disfrutaba, se sentía cansado, no veía un propósito claro y odiaba repetir cada noche las mismas canciones. Creía que no era un buen intérprete en escena (Machat desconfiaba que volviera a salir de gira). El manager buscó a Tony Palmer, que ya había hecho trabajos para casi todos los grandes, en la confianza de que el documental le afianzara en el Circo de la Fama y le despojara de todos sus temores e inseguridades: “La única condición que puse fue tener acceso total a todo lo que quisiera grabar”, dice ahora el cineasta.

Lo que ocurrió después lo cuenta el propio Tony Palmer, reaparecido después de tantos años para aclarar la edición del documental, Bird on a Wire, que hemos visto en la presente edición de Abycine: “Cohen cumplió su palabra, y pude rodar lo que quise. Solo grabé la música en cuatro o cinco conciertos, pero como consideraba que su poesía era una de las claves para entenderle, también sugerí filmarle leyendo algunos de sus textos”. Quizá el valor actual de la película no es solo que contiene diecisiete de sus grandes canciones interpretadas en su mejor momento, sino que describe la dureza y las dificultades de la vida en la carretera. Hay muy pocos documentales donde la confusión del backstage esté retratada de manera tan vívida, sin que el artista note la presencia de la cámara. Tony Palmer tuvo una primera versión lista un mes después de terminar la gira. La BBC la compró de inmediato.

Por desgracia, Cohen dijo que la película le parecía demasiado agresiva, y le preocupaba aparecer frecuentemente exhausto, incluso deshecho. “Lo segundo era indudablemente cierto, pero creo que en lo primero estaba equivocado”, recuerda convencido, Tony Palmer. Machat le pidió entonces el material en bruto y le dijo que verían lo que podían hacer. Lo que Palmer no supo entonces fue que un ayudante que tuvo en la faena les había dicho que podía montarlo mejor que él. Nueve meses más tarde, y cientos de miles de dólares del bolsillo de Cohen después, tenían una segunda versión. En la BBC dijeron que era un completo desastre, pero llegó a estrenarse en algunos cines. Cuando la vio, a los seis meses, Palmer pidió que retiraran su nombre de los créditos porque la estructura había cambiado y se había perdido la intención original del filme. Entonces, aparentemente, la película desapareció: “En una decisión estúpida, yo no había conservado ninguna copia, y durante años he tenido que leer biografías de Cohen llenas de inexactitudes sobre “Bird on a wire”, recuerda el director.

A finales de 2009, aparecieron más de doscientos rollos de película en un almacén de Hollywood, que primero fueron enviados al hijo de Marty Machat y que, al final, llegaron a manos de Tony Palmer, curiosamente remitidos por el manager que fue de Frank Zappa:  “Al principio, pensé que no se podría salvar nada -sigue contando Palmer-. No estaban los negativos, que siguen perdidos, y algunas copias estaban en blanco y negro, rayadas o troceadas. Pero una de las latas contenía la banda sonora original completa, y entonces pensé que podríamos hacer encajar el puzzle. Gracias a la tecnología digital, pudimos unir casi tres mil fragmentos. Llevó meses, pero está muy cerca de la idea original. La parte poética que fue eliminada en la segunda versión es extraordinaria. Cohen también puso objeciones a unas escenas de un altercado en Tel Aviv, pero yo deseaba conservarlas, porque mostraban su poder sobre la audiencia”.

Hubo suerte pues y el famoso e inédito documental se paseó con la gloria merecida en Albacete y por segunda vez en España después de haberse estrenado hace unos días en Valencia. Bird on a Wire es uno de los mejores documentos sobre un artista que yo haya visto. Sincero, cercano e íntimo, glorioso y en algunos momentos dramático o hilarante. Las canciones suenan impecables, cuando se lo permite el ridículo equipo de sonido montado en aquella gira (eran los primeros años setenta... cómo han cambiado las cosas...), adornadas con los coros de unas colosales Jennifer Warners (Joe Cocker de entonces) y Donna Washburn (procedente del musical Hair). Un diez para Abycine. Estas cosas hay que valorarlas.




Mi más sincero agradecimiento a Abycine por facilitarme el acceso a la entrevista/tipo con Tony Palmer.
Publicado en La Verdad Digital 28/10 (Diarios)
Publicado en Diario La Verdad 29/10

Diario del Festival. Tercera jornada.
El efecto baladí

Una de las principales características del festival es acercar el cine a los más jóvenes. En las sesiones del viernes, el director vasco Borja Cobeaga (Eramos pocos -corto nominado al Oscar en 2007-, Pagafantas, No controles) tuvo que lidiar con un buen puñado de adolescentes albaceteños que acudieron a las sesiones matinales de Mi Primer Abycine. Está bien, muy bien, que ciertos institutos de la ciudad abran sus clases a la calle y lleven a sus alumnos nada menos que al cine (a mi eso no me pasó nunca joder, mi experiencia escolar consistió en ver, en vivo y en directo, a Menos Uno y a Sotoca, dos profesores de película). Cobeaga se fajó bien con los chavales y hasta tuvo tiempo de exhibir su faceta hilarante en algún momento. Nada extraño si tenemos en cuenta el éxito de otras realizaciones suyas como Vaya semanita en la televisión vasca y en diferentes canales nacionales. No obstante, en la rueda de prensa que tuvo lugar posteriormente para presentar el festival, Borja Cobeaga comentó, a la pregunta de su aventura con los estudiantes, “No me gustaría volver a la adolescencia en absoluto”, cosa no baladí, porque trasladó su reflexión a todos los allí presentes.

En esa misma rueda de prensa celebrada en el Gran Hotel también estuvo Sergio Barrejón, director del corto presentado por Amnistía Internacional #Stop, bajo las premisas de un tema mucho más serio, las redadas racistas en Madrid protagonizadas por miembros de la policia nacional. Resulta que el propio Sergio fue testigo casual de una de estas intromisiones a la libertad de transitar cualquier persona por la calle (no nombro aquí animal o cosa, cuidado). Como es lógico, a Sergio le llamó la atención la reacción policial a su injerencia en el asunto cuando recibió el consabido “usted, abrase de aquí inmediatamente”. También se cuestionó porqué los policías, de paisano, sólo paraban  a los caminantes de color cobrizo, oscuro, mulato, etc... A partir de entonces inició su propia vía de investigación “armado” con una cámara al hombro, resultando de tal pesquisa la obra cinematográfica que hoy podremos ver, a las seís de la tarde, en el cine Capitol. Barrejón acabó señalando que, para no mojarse, empaparse, de problemas legales, utilizó en las escenas más delicadas artistas de ficción (el actor Eduardo Noriega entre ellos). No, no sólo no es un tema también baladí sino que es absolutamente indignante por lo que Amnistía Internacional optó por recomendar la obra como una declaración universal del escarnio y la vergüenza para los responsables de tamaña tropelía.

Por la noche, en la ceremonia de inauguración, el grupo de rock gallego Triángulo de Amor Bizarro estuvo a la altura de las circunstancias tratando de sonorizar el complicado cine, y algo rancio después de los años (el tiempo suele cebarse con algunas obras artísticas), del polifacético artista Alejandro Jodorowsky, concentrado en dos de sus películas más célebres: El Topo (1970) y La Montaña Sagrada (1973) que, continuamente, me trasladaron a la obra de Adrian Maben con Pink Floyd en el concierto sobre las ruinas de Pompeya en 1972 (defecto profesional, lo admito).
La banda supo interpretar a su cineasta escogido y nos trasladó a aquella música errática y algo metafisica que los Floyd interpretaban en álbumes como Ummagumma (1969) sobre todo, sin descartar, personalmente, que fuera este disco el que realmente inspiró el concierto, incluso más que la obra del propio Jodorowsky.
Lo que no fue baladí, ni mucho menos, fue la presentación de la gala por parte de la excelente Amparo Álvarez (TVE). Parece que no tiene importancia el que una profesional salga al escenario y cumpla perfectamente su cometido. No es fácil. Se nota mucho más cuando ocurre lo contrario: indecisiones, silencios nerviosos, petición de aplausos por doquier, erratas, etc... No es nada fácil enfrentarse a un repleto auditorio que está pendiente de lo que digas y lo que hagas. Amparo estuvo extraordinariamente sobria y natural. Eso no es baladí, insisto.

Publicado en La Verdad Digital 27/10 (Diarios)
Publicado en Diario La Verdad 28/10

Diario del Festival. Segunda  jornada
El futuro llama a tu puerta

En realidad, hace ya unos días que comenzó el festival. El cartel, el póster del festival, se presentó en una cafetería del Altozano con toda la discreción del mundo. Fue un acto exclusivo para la prensa. Significaba, nada menos que lucir el impecable trabajo de Héctor Montoya o lo que es lo mismo, la imagen del festival. Hay que ver lo que ha dado de sí el invento de la mancheguilla Llaneia, a la que se han entregado este año con toda la imaginación e inspiración que otorga la edad y el palique los chicos del Departamento de Diseño Gráfico de la Escuela de Arte, dirigidos por Carmina Palacios (Carmina o Revienta Lalata) con sus diseños paper toys. Increíbles algunos trabajos de los chavales y dichosa chispa y fantasía la que asoma: desde una Llaneia disfrazada de Eduardo Manostijeras hasta las travestidas de Hitler, Superñoño, El Grito de Munch, MA Baracus (Equipo A), Annie Hall, Kill Bill, etc... La muestra se exhibe estos días en el hall de Vialia y yo recomendaría no perdérsela, al menos como reconocimiento y apoyo al esfuerzo e ingenio de nuestros futuros artistas de la Escuela de Arte.

Otra con la que me quedo es la del asunto de la compra de entradas. Un a puerta gayola más del mago de la informática, Jesús Andicoberry, a través de Tecon (Todo por el cine). Resulta que coges el programa del festival y arrimas tu móvil (uno moderno, no como el mío) al icono que aparece junto a la información de cada película, un cuadrito pequeño en blanco y negro con pinta de plano lejano de una albóndiga (código QR le llaman) y te salen (en tu  iPhone, el iPod o el bicho que le hayas acercado) los pases de dicha película o espectáculo que hayas consultado, elijes el que mas te convenga y ¡compras la entrada! en ése preciso instante. Sólo con darle al dedo desde La Pulgosa, por ejemplo. Como te lo digo (solo los grandes festivales disponen de algo así, cuando digo grandes festivales me refiero a GRANDES festivales...). Por lo visto, la cosa funciona o lo que es lo mismo, facilita mucho más la propia venta de entradas (los precios de cada pase, todo hay que decirlo, son perfectamente asequibles a los tiempos de crisis económica que sufrimos -¡que asco de Merkeles y Cospedales!).

Así las cosas, hoy podrías ver, al margen de las secciones de cortos o digitales, algo tan exclusivo como el codiciado documental de Tony Palmer sobre la poesía emocional de Leonard Cohen, Bird on Wire.. Oigo Sisters of Mercy ahora (aparece su versión en la cinta) y se vuelca toda mi adolescencia sobre la habitación: soledades, desamores, fascinaciones... Creo que hablaré estos días, más detenidamente sobre aquel documento y su personaje, que previa concesión para el rodaje no acabó de convencer su dramática desnudez ante el resultado final. Palmer lo hizo demasiado bien. Pájaro en un alambre: no lo pudo definir, ni titular mejor.
También se programa hoy otro documental interesante, el del albaceteño Luis Alfaro, Auto, al que le salieron demasiadas tomas y declaraciones en su pretendida revisión al estado actual de la música independiente española y de un previsible corto pasó a la categoría de largometraje. Aparecen en él un puñado de voces imprescindibles, algunas de ellas muy cercanas (Fernando Alfaro, Joaquín Pascual o Jero Romero ).
Desde tu móvil también puedes tener acceso a Carmina o Revienta, ópera prima del actor Paco León que, como sabéis, implicó a media familia para rodar una crónica del arrabal caótico en el que supuestamente se mueve más de un clan andaluz.

A todo esto llamo yo sacarle jugo a las nuevas tecnologías. Oye, también puedes sacar tu la entrada de cuerpo presente. Digo.

Publicado en La Verdad Digital 26/10 (Diarios)
Publicado en Diario La Verdad 27/10

Diario del Festival. Primera jornada.
Bendito dilema

Me ocurre cada año cuando abro el programa del festival por primera vez. Me abruma, me desborda y hasta me confunde. No acabo de ajustar las distintas secciones a un horario accesible (viene de la paranoia de querer verlo todo): los cortos, los de aquí y los de la región; el digital; los audiovisuales; la video-creación; el plató digital; los especiales...
Si además uno pretende hacer un diario de lo que ocurre cada día, el agobio es mayor porque al contenido de cada sección hay que sumar las visitas foráneas, los entresijos, la anécdota, el artisteo; en definitiva, lo que no sale en  la providencial papela. Este año no iba a ser menos.
Ya el primer día del festival, la inauguración viene acompañada, horas antes, de las primeras proyecciones para los pequeños en el cine Capitol y en los cines Yelmo, los primeros cortos (Capitol) y, nada menos, que el estreno de la sección Internacional con Post Tenebras Lux, que es el premio a la mejor dirección en Cannes 2012 al mexicano Carlos Reygadas. Toma tomate. Sólo que media hora antes de la ceremonia inaugural y en lugares diferentes (la película es en Yelmo y el glamourcillo de la apertura en el Teatro Circo).
Vale. Primera recomendación: métete el programa en los calcetines porque es de obligada y continua consulta. Allí verás que la película de Reygadas vuelve a proyectarse el domingo  a las ocho y media. Si no pasas de ver a la clase política reivindicar sus pequeñas donaciones en el teatro (“O salgo al escenario -que es que me flipa- o el año que viene no hay un duro”) pues eso, al Teatro Circo que, además, ofrece la presencia de la actriz María León, que recogerá el Premio Película Joven al trabajo Carmina o Revienta de su hermano Paco León  y un peculiar homenaje al polifacético director Alejandro Jodorowsky a cargo de los gallegos Triángulo de Amor Bizarro. Música caliente y comprometida en directo,  mezclada con las imágenes de un cine tan personal e ideológico como el del director chileno. Al fin y al cabo es el plato fuerte del día. Quien sabe si del propio festival. Repito: No vayas a dejarte el programa en el bolso que llevabas ayer.

Hay mucho que ver este año, cuando hace unos meses nadie daba un duro por la celebración del festival. Al final ha podido el entusiasmo y entrega de todo el equipo de Abycine que dirige José Manuel Zamora, un cinéfilo empedernido, un apasionado, un prestidigitador, capaz de sacar de la chistera nombres y hechos (las películas) que hoy marcan la rigurosa actualidad cinematográfica. A parte del equipo fijo albaceteño (con los mismos síntomas animosos de su “jefe”), Zamora contará en esta edición con la colaboración de los críticos nacionales Jordi Costa, Eduardo Guillot y la voluntad de Rogelio Abraldes, visitas especiales a parte, como la del propio director del Festival de Sitges, Ángel Sala, entre otros.

Desde hoy, colocaré el programa en el bajo calcetín y trataré de resolver cada día el dilema de la programación (“hoy voy a esto y mañana a aquello”) para contarlo. Sí, bendito dilema.

Publicado en La Verdad Digital 25/10 (Diarios)
Publicado en Diario La Verdad 26/10


Abycine Off. Annie B. Sweet
Heartbreak Hotel. 22,30h. Martes, 30 de octubre.

LLANEIA VESTIDA DE CINE

Una pequeña muestra de la exposición de los chicos del Departamento de Diseño Gráfico de la Escuela de Arte de Albacete. Durante el Festival se podrá ver, completa,  en Vialia.

 


UN EJÉRCITO DE LLANEIAS “INVADE” EL HALL DE LA ESCUELA DE ARTE DE ALBACETE

Abycine Festival Internacional de Cine de Albacete y la Escuela de Arte presentan la exposición de paper toys basados en el icono del festival, Llaneia.

 La iniciativa partió del Departamento de Diseño Gráfico de la Escuela en colaboración con Abycine. Se trataba de un concurso dirigido a alumnos de los grados superiores de Gráficas publicitarias, Foto artística y Proyecto y dirección de obra, y del grado medio de Autoedición. Tenían que crear a su propia Llaneia inspirándose en algún personaje de película. Al final, 164 alumnos se han presentado al concurso, algunos de ellos con más de una propuesta.

Los participantes optaban a un premio en tres categorías diferentes como manda el más puro lenguaje cinematográfico: Mejor adaptación, Mejor escenografía y Mejor vestuario. Todos los trabajos están expuestos en el hall de la Escuela de Arte.

 Mañana martes, a las 10.45h, los medios de comunicación podrán conocer a los ganadores, a la coordinadora del proyecto y a los profesores que han colaborado con esta iniciativa. Además, tendrán la oportunidad de ver esa exposición realmente impactante: un auténtico ejército artístico de casi 200 pequeñas Llaneias fabricadas con distintos materiales e inspiradas en grandes películas de la historia del cine, lo que supone todo un espectáculo.

 Además del concurso para alumnos de la Escuela de Arte, en la página web de Abycine (www.abycine.com) cualquiera puede descargarse una maqueta diseñada por la coordinadora del proyecto para hacer su propio paper toy de Llaneia.


5.10.12

Clamshell Records, aire para el jazz albaceteño


Dialogo a tres by Miguel Ángel Ródenas on Grooveshark

Cómo hemos cambiado

Hasta hace una decena de años había que buscar un músico de jazz en Albacete con lupa. Para los manchegos, sus músicos, el jazz requería unos conocimientos técnicos que no regalaban los desagues de la ciudad; ni mucho menos, la calle, el garage o la nave de ensayo. Era mucho más fácil recurrir a la fórmula McLaren: “Dame tres acordes y hacemos una canción”. Todo lo más, avasallar con digitalizaciones ultrarápidas en los mástiles, un poco de humo en el escenario y volverte loco con la batería. Hasta ahí nos había llevado la rebelión del imperdible, la contracultura musical, la zancadilla a lo establecido: tres minutos gloriosos y a vender que son dos días. Una forma embarullada de entrar en el sistema capitalista por la puerta de servicio. Los  Sex Pistols saben algo de esto.
Sin embargo, el jazz estaba reservado para otros placeres menos terrenales: el conservatorio, las academias, la historia, los doctores: un follón. Todo eso también se reflejaba en los cachés de los conciertos. Era increíble cotejar lo que ganaba un grupo pop de serie B (alrededor de 20.000 euros) y un clásico del jazz, Art Blakey o Jimmy Smith, no más de 8.000. Más madera para quien quería ser conocido y necesitaba serlo ya.

Al comenzar el nuevo milenio todo empezó a cambiar. Pudieron ser nuestros conservatorios, las academias madrileñas, las valencianas, los mismos festivales que celebrábamos cada año en Albacete o una querencia olvidada a las polifonías, armonías, síncopas, yo que sé... el caso es que se activó una fluida actividad, al principio tímida y encogida, de las nuevas generaciones de músicos albaceteños a la música de jazz, a la fusión o a algo mucho más básico: el blues. También la colaboración/conversión decisiva de importantes músicos locales a esos nuevos métodos de expresión, hartos ya de jugar a ser famosos (el grupo Funkstein -Fran Heredia- o toda la saga Into Jazz).

Todo ello ha propiciado una frenética sacudida al género jazzístico hasta el punto de multiplicarse los combos de jazz en nuestra ciudad en sólo diez años, algunos de ellos con edades sorprendentemente jóvenes. Jam Sessions el primer viernes de cada mes (Pussy Wagon, Heartbreak como locales impulsores) y lo que es más gratificante, el nacimiento de un sello discográfico, Clamshell Records, especializado en jazz. Visto y no visto. Verlo para creerlo.

The League
El grupo de la carcasa ha nacido de la productora Molusco cuya metodología es simple: no fichan grupos, son los grupos los que acuden a ellos para editarse. En realidad, Molusco (Camilo Fuentes, David Candel, Carlos Swann) es una empresa entertainment que pretende cubrir todas las necesidades que conlleva un espectáculo musical (“de cualquier clase, estilo y tamaño”) y entre esas necesidades incluyen la grabación de discos de forma consensuada, como ya se ha dicho. Molusco ha tenido la sensibilidad suficiente para añadir a la gestión un sello explicitamente dedicado al jazz. Ahí entra Clamshell Records, que recientemente ha incluido, por iniciativa personal de otro “pionero”, Pablo Correa, la serie Vector, con edición de proyectos de vanguardia, free jazz y jazz contemporáneo. Clamshell nació por otra lúcida decisión, la del conocido músico Carlos Martínez, más conocido como Carlos Swann, que dedujo que el patio ya tenía suficientes gallos para festejar un corral. De dinero no hablamos, unos pagan o cobran lo imprescindible.


Hasta doce discos figuran ya en su catálogo, incluidos los tres de Vector (en la producción y edición de Molusco figuran muchos más, entre los que se incluye algún recomendado de Clamshell como es el caso de Duendes de Ciudad, una banda etérea -como Matadero Band- con aromas celtas). Y si, es verdad que en algunos de esos discos de esos grupos, nos encontramos con intérpretes repetidos, pero tambien es cierto que los sonidos de cada uno de esos grupos representan intenciones diferentes: The League, Groove3 (los primeros asombros llegaron con ellos) o los recientes Tao5 son un buen ejemplo de ello. Compañeros de esta grata excursión discográfica son Jazz Nouveau, con el versátil guitarrista valenciano Miguel Morell que ya avisaba antes de que comenzara el siglo; Miguel Ángel Ródenas, un guitarrista de clásica reconvertido a la onda World Music; o el mismo Antonio Fuentes, otro guitarrista que suele estar en cada enredo pero que materializa toda su técnica en su grupo manouche Mr. Swing.

La nómina de los músicos de estos grupos se abre también, además de los mencionados, a consagrados como Agustín Lozano o promesas confirmadas como Juan Sánchez y José M. Sarrión, dos bateras de motores engrasados, Jorge Cubillana que con Julio Guillén y Vania Cuenca creyeron siempre en el proyecto “Músicos de Jazz en Albacete Porque Sí”, Scarhands Vinuesa llegado de otras batallas o el también saxofonista Julián Román, incorporado a la lista con el impecable disco de Tao5 y, naturalmente, el resto de integrantes de cada banda.

Con la serie Vector, Pablo Correa saca otro as en el muestrario y lo descubre en nuestra historia más reciente. Correa convence a todos para estrenar, rigurosamente en nuestra ciudad, el free-jazz y el último jazz. Los músicos no son de aquí (hubiera sido algo insólito), pero si su autobús. Uz (Madrid), FrikTone (A Coruña) y Maima (Valencia) forman parte ya del generoso muestrario de nombres vinculados a nuestro no tan incipiente jazz.
En tiempos tan duros para la cultura, con un IVA disparado al infierno y un desinterés absoluto en cuidar todo este tesoro el jazz exhibe, una vez más, sus respetos y culto a la historia en Albacete.

Pablo Correa














1.10.12

Jack White, el buen pastor



Los Discos del Año. Septiembre
Bunderbuss. Jack White

Jack White representa todo lo que las nuevas generaciones de artistas nos vienen regalando desde hace tiempo: su multiplicidad, ésa característica heterogénea que disfrutamos de los nuevos iluminados. Ahora monto una banda country, escribo para una película de James Bond o un anuncio publicitario, toco con los Stones para Scorsese, me invento una banda de hard rock... Bien, le ha llegado la hora de retratarse en solitario, como operario único y ha reflejado todo lo que engulló desde jovencito cuando montó Goober and the Peas, la antesala de The White Strypes. Todo el rock and roll que no le dejó disfrutar su remilgada familia de Detroit. Y eso es lo que suena en Bunderbuss, eso, un trabucazo directo al riñón. Desde Mising Pieces, el primer corte hasta Take me with you when you go, el último. Piezas encantadoras, todas, abiertas, que te retrotraen a las verdaderas sustancias del rock, sólo que rebrotadas por la frescura de los años. Ya eran suficientemente convincentes White Strypes, pero definitivamente ahora sabemos porqué. (Mmm, lo sospechábamos desde el excelente trabajo de The Recounters). El nuevo icono del pop vuelve a dar en la diana.