Celebrada con éxito la X Feria del Humor Callejero en Leioa (Vizcaya)
Y llegaron de todos los confines del mundo. Con sus carromatos de filibusteros, malabaristas, coches voladores, bufones y aquel gran velocípedo disfrazado de flor itinerante. Alcanzaron una pequeña aldea poblada por irreductibles vascos resistentes todavía y siempre a la trivialidad de la rutina y fue que en Leioa todo se colmó en fantasía. Neverland se hizo realidad durante cuatro días en la X Feria Internacional del Humor Callejero.
El teatro en la calle es una de las formas más antiguas de la representación escénica. En estos tiempos viene a ser como escarbar en las raíces de cualquier ceremonia utópica, manteniendo al mismo tiempo la tradición oral, artística, gestual, a ojos de cualquier vecino. Lo sabe bien el conductor profesional de un camión de butano que, un ejemplo, tuvo que introducir ubicada entre las bombonas de su vehículo a una gentil ciudadana corista eventual del Teatro Gestual de Chile como parte improvisada del número "Fisura-2". El guión, reescrito cien veces sobre la marcha; la sorpresa, para todos, su entrada descabellada en el espacio urbano; la interpretación realizada exitosamente sin aviso previo. Para la dama espectadora, el minuto de gloria más inesperado. El teatro en la calle.
Marie Anne Dirckx, la chica del gran triciclo recogía cada mañana la luz del sol dejando un rastro perfumado a su paso. La acróbata belga lucía su exuberancia sobre unos zancos que apoyaban el vibrante pedaleo de su triciclo a ritmo de La Lupe (La vida es puro teatro...) y Prodigy. Mostraba el encanto de toda una vida ligada a la danza con gesto serio y trascendente. Mientras, otro centroeuropeo, Pierre Pilatte, un tipo aparentemente normal, salía de si mismo para encontrarse de cara con la rutinaria vida del caminante. En realidad se enfrentaba a una inquietud permanente que le corroía. A veinte metros de aquella desolación personal comienza la carrera del siglo: los vehículos mas estrafalarios que uno pueda imaginar, no cuento sus pilotos, recorren la ciudad con el único objetivo de llegar primeros a la meta. No hay meta, al menos yo no la vi. Son Artea- Iniciativas Aragón. Los mismos que otro día inventan la "provocanción", o sea, provocar y cantar desde sus colosales pajaritas de colores. La locura escenográfica de la feria la explica Alberto García, coordinador de éste singular viaje a ninguna parte: "Intentamos el máximo abanico de disciplinas, teatro, circo, música, performances, danza vertical, danza horizontal; que halla lo que en las salas no existe: la fusión de todas las técnicas en un propio y único espectáculo que es la misma calle. No hay cuarta pared, no existe".
En la Plaza Errekalde de Leioa se eleva la única carpa cerrada de la Feria. Inmaculadamente blanca alberga a quince únicos espectadores (por sesión) destinados a prescindir de uno de los sentidos más preciados, la vista. En compensación, a potenciar al máximo el resto de las percepciones sensitivas. Nos incita a descubrir el mundo como si fuera otra vez nuevo. Olemos, tocamos, gustamos y oímos hasta acabar en una especie de viaje hacía uno mismo con explosión final en la Odisea Espacial de Kubrick. Ados Teatroa le llama a éste éxodo Emotikon. Después de semejante experiencia se necesita un pequeño tiempo de reavivación sensorial, unos minutos de readaptación al fastuoso espectáculo de la cerveza en la calle. No hay problema, aparecen los chicos de Business Class del murciano Nacho Vilar. Son una especie de homeless que pescan en las papeleras, limpian los coches, hacen la colada, recogen colillas, te montan una faena taurina y bailan finalmente entre fuegos de artificio. Otra sorpresa reservada para el turista accidental. Como los dos pimpollos franceses (Banc Public) que se disputan una pelota en un banco del parque tras un rato sin dirigirse la palabra. Como otro par de angelitos, literal, (Ganso y Cía) que van a la deriva por la calle buscando la manera de regresar al cielo. "Trabajar en la calle es duro -sigue contando Alberto García-, la gente que trabaja en la calle ha aprendido a aprovechar todo lo que pasa, es decir, desde un perro que se cruza, una mosca que molesta, un público que si no le enganchas da media vuelta se va y no pasa nada. Más difícil que en una sala, porque allí, como público, nada mas por el hecho de haber pasado por taquilla te sientes más obligado a finalizar el show. En la calle el artista tiene que mantener la concentración del público al máximo".
Algunos espectáculos despiertan alguna conciencia perdida, como el de Javier Leoni, Maletas de ida y vuelta sobre la emigración extremeña, profundo y emotivo; La admiración, en unos minutos bellísimos en cámara semi-oscura con El Retrete de Dorian Grey, una exhibición increíble de sus dos protagonistas con un par de globos (Jacques Brel en la banda sonora); los ganadores del Certamen, Industrial Teatrera con Rojo, un espectáculo de clown con acciones circenses cargadas de sueños y sugerencias. En total 49 compañías y 55 espectáculos, de los cuales muchos de ellos fueron estreno riguroso en Leioa: "Hay mucho riesgo -dice finalmente Alberto- al ser tanto estreno porque en algunos casos nos ha llegado sólo una sinopsis de no mas de cuatro líneas, pero tenemos la obligación de apretar a las compañías para que presenten, estrenen, espectáculo aquí. También en los temas tratados. Queremos que salgan a relucir en los contenidos los problemas de la calle: ahí están los temas de xenofobia, maltrato a las mujeres, la opresión social, el consumismo, el paro, el mendiguismo... queremos que sea una realidad social tratada de diferentes formas, desde la más dramática hasta la más cómica, pero que cuando acabe el espectáculo pienses interiormente `de qué diablos me estoy riendo".
Cae la noche y Alfonso, el buhonero (Musical Sport), se sienta frente a una pequeña hoguera, enciende sus candiles y, mientras come un trozo de queso y bebe unos tragos de su porrón, comienza un fascinante relato. Termina haciéndose un café al amor de la lumbre y recoge todos sus cachivaches que han servido para comunicarse con el público durante el día.
Mañana será otra jornada en Neverland.
LOS PREMIOS DE 2009
Premio al Mejor Espectáculo Callejero de Euskadi:
-A la compañía LA PEZ por ‘El show de la Patera Rosa’,
Premio al mejor Espectáculo Callejero del Resto del Mundo:
- A la INDUSTRIAL TEATRERA por su espectáculo ‘Rojo’
Mención Especial:
- Al espectáculo ‘Maletas de ida y vuelta’, presentado por PRODUCCIONES JAVIER LEONI
Fotos: JAF.
El Brillo de los Días. Publicado en el diario La Verdad de Albacete. 31/5/2009.
Y llegaron de todos los confines del mundo. Con sus carromatos de filibusteros, malabaristas, coches voladores, bufones y aquel gran velocípedo disfrazado de flor itinerante. Alcanzaron una pequeña aldea poblada por irreductibles vascos resistentes todavía y siempre a la trivialidad de la rutina y fue que en Leioa todo se colmó en fantasía. Neverland se hizo realidad durante cuatro días en la X Feria Internacional del Humor Callejero.
El teatro en la calle es una de las formas más antiguas de la representación escénica. En estos tiempos viene a ser como escarbar en las raíces de cualquier ceremonia utópica, manteniendo al mismo tiempo la tradición oral, artística, gestual, a ojos de cualquier vecino. Lo sabe bien el conductor profesional de un camión de butano que, un ejemplo, tuvo que introducir ubicada entre las bombonas de su vehículo a una gentil ciudadana corista eventual del Teatro Gestual de Chile como parte improvisada del número "Fisura-2". El guión, reescrito cien veces sobre la marcha; la sorpresa, para todos, su entrada descabellada en el espacio urbano; la interpretación realizada exitosamente sin aviso previo. Para la dama espectadora, el minuto de gloria más inesperado. El teatro en la calle.
Marie Anne Dirckx, la chica del gran triciclo recogía cada mañana la luz del sol dejando un rastro perfumado a su paso. La acróbata belga lucía su exuberancia sobre unos zancos que apoyaban el vibrante pedaleo de su triciclo a ritmo de La Lupe (La vida es puro teatro...) y Prodigy. Mostraba el encanto de toda una vida ligada a la danza con gesto serio y trascendente. Mientras, otro centroeuropeo, Pierre Pilatte, un tipo aparentemente normal, salía de si mismo para encontrarse de cara con la rutinaria vida del caminante. En realidad se enfrentaba a una inquietud permanente que le corroía. A veinte metros de aquella desolación personal comienza la carrera del siglo: los vehículos mas estrafalarios que uno pueda imaginar, no cuento sus pilotos, recorren la ciudad con el único objetivo de llegar primeros a la meta. No hay meta, al menos yo no la vi. Son Artea- Iniciativas Aragón. Los mismos que otro día inventan la "provocanción", o sea, provocar y cantar desde sus colosales pajaritas de colores. La locura escenográfica de la feria la explica Alberto García, coordinador de éste singular viaje a ninguna parte: "Intentamos el máximo abanico de disciplinas, teatro, circo, música, performances, danza vertical, danza horizontal; que halla lo que en las salas no existe: la fusión de todas las técnicas en un propio y único espectáculo que es la misma calle. No hay cuarta pared, no existe".
En la Plaza Errekalde de Leioa se eleva la única carpa cerrada de la Feria. Inmaculadamente blanca alberga a quince únicos espectadores (por sesión) destinados a prescindir de uno de los sentidos más preciados, la vista. En compensación, a potenciar al máximo el resto de las percepciones sensitivas. Nos incita a descubrir el mundo como si fuera otra vez nuevo. Olemos, tocamos, gustamos y oímos hasta acabar en una especie de viaje hacía uno mismo con explosión final en la Odisea Espacial de Kubrick. Ados Teatroa le llama a éste éxodo Emotikon. Después de semejante experiencia se necesita un pequeño tiempo de reavivación sensorial, unos minutos de readaptación al fastuoso espectáculo de la cerveza en la calle. No hay problema, aparecen los chicos de Business Class del murciano Nacho Vilar. Son una especie de homeless que pescan en las papeleras, limpian los coches, hacen la colada, recogen colillas, te montan una faena taurina y bailan finalmente entre fuegos de artificio. Otra sorpresa reservada para el turista accidental. Como los dos pimpollos franceses (Banc Public) que se disputan una pelota en un banco del parque tras un rato sin dirigirse la palabra. Como otro par de angelitos, literal, (Ganso y Cía) que van a la deriva por la calle buscando la manera de regresar al cielo. "Trabajar en la calle es duro -sigue contando Alberto García-, la gente que trabaja en la calle ha aprendido a aprovechar todo lo que pasa, es decir, desde un perro que se cruza, una mosca que molesta, un público que si no le enganchas da media vuelta se va y no pasa nada. Más difícil que en una sala, porque allí, como público, nada mas por el hecho de haber pasado por taquilla te sientes más obligado a finalizar el show. En la calle el artista tiene que mantener la concentración del público al máximo".
Algunos espectáculos despiertan alguna conciencia perdida, como el de Javier Leoni, Maletas de ida y vuelta sobre la emigración extremeña, profundo y emotivo; La admiración, en unos minutos bellísimos en cámara semi-oscura con El Retrete de Dorian Grey, una exhibición increíble de sus dos protagonistas con un par de globos (Jacques Brel en la banda sonora); los ganadores del Certamen, Industrial Teatrera con Rojo, un espectáculo de clown con acciones circenses cargadas de sueños y sugerencias. En total 49 compañías y 55 espectáculos, de los cuales muchos de ellos fueron estreno riguroso en Leioa: "Hay mucho riesgo -dice finalmente Alberto- al ser tanto estreno porque en algunos casos nos ha llegado sólo una sinopsis de no mas de cuatro líneas, pero tenemos la obligación de apretar a las compañías para que presenten, estrenen, espectáculo aquí. También en los temas tratados. Queremos que salgan a relucir en los contenidos los problemas de la calle: ahí están los temas de xenofobia, maltrato a las mujeres, la opresión social, el consumismo, el paro, el mendiguismo... queremos que sea una realidad social tratada de diferentes formas, desde la más dramática hasta la más cómica, pero que cuando acabe el espectáculo pienses interiormente `de qué diablos me estoy riendo".
Cae la noche y Alfonso, el buhonero (Musical Sport), se sienta frente a una pequeña hoguera, enciende sus candiles y, mientras come un trozo de queso y bebe unos tragos de su porrón, comienza un fascinante relato. Termina haciéndose un café al amor de la lumbre y recoge todos sus cachivaches que han servido para comunicarse con el público durante el día.
Mañana será otra jornada en Neverland.
LOS PREMIOS DE 2009
Premio al Mejor Espectáculo Callejero de Euskadi:
-A la compañía LA PEZ por ‘El show de la Patera Rosa’,
Premio al mejor Espectáculo Callejero del Resto del Mundo:
- A la INDUSTRIAL TEATRERA por su espectáculo ‘Rojo’
Mención Especial:
- Al espectáculo ‘Maletas de ida y vuelta’, presentado por PRODUCCIONES JAVIER LEONI
Fotos: JAF.
El Brillo de los Días. Publicado en el diario La Verdad de Albacete. 31/5/2009.
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