16.3.09

Bleda y Rosa, la mirada del observador


Los albaceteños acaban de obtener el Premio Nacional de Fotografía 2008


Ciudades. Hall de las columnas. Cnossos. 2001/ Bleda y Rosa

No estoy seguro de que haya ocurrido antes con alguno de los innumerables artistas albaceteños que guardamos en la memoria artística, pero, sin dudarlo un segundo, estoy por afirmar que ésta es una de las más grandes distinciones que la ciudad haya vivido jamás por alguno de ellos: el Premio Nacional de Fotografía 2008, concedido por el Ministerio de Cultura español.


Campos de Fútbol. El Ballestero.1992/ Bleda y Rosa

El jurado, formado por José Jiménez, Consuelo Ciscar, David Balsells, Alberto Martín, Horacio Fernández, Severino Penelas y Manuel Vilariño (ganador de la anterior edición), ha destacado que el trabajo de Bleda y Rosa supone una “renovación de la fotografía documental a través de una profunda reflexión sobre la relación entre memoria, espacio e imagen”. María Bleda (Castellón, 1969) y José María Rosa (Albacete, 1970) son autores de series como Campos Fútbol, Campos de Batalla, Ciudades u Origen y no son nuevos en esto de los reconocimientos. Han desarrollado su carrera profesional en Valencia y Londres, y sus obras se encuentran en las colecciones del Museo Reina Sofía, MUSAC, Centro Galego de Arte Contemporáneo o el Museo de Arte Moderno Colliure.



"El premio nos lo han dado -aclaran en una primera toma de contacto-, en teoría según el jurado, por nuestra renovación documental; no era una intención inicial, nosotros no hacemos una fotografía documental al uso. Sólo por el hecho de tomar fotografías en la mayoría de los casos ya estás generando un documento. Hombre, claro que nuestra fotografía tiene que ver con el documento, pero es porque nuestros trabajos tienden a ir a la historia, la memoria...".

Albaceteños
María Bleda, si es cierto que nació en Castellón ("una circunstancia", confiesa), pero sus padres son de Almansa, guardando además una estrecha relación con la provincia: Hellín, Tobarra, etc.; el caso de José María Rosa es el mismo de cualquier joven de la capital manchega que vive e inicia sus estudios en su ciudad hasta, como María, recibir la correspondiente alerta vocacional: "Estudiamos hasta COU y en lugar de decidirnos por una carrera, ya juntos, decidimos ir a la Escuela de Artes en Valencia, no para estudiar en concreto fotografía ("a mi me gustaba el diseño industrial", dice María); pero después de los tres años de comunes, al ir a escoger la especialidad ya teníamos claro que íbamos a escoger fotografía. No es la primera vez que vas a la universidad a hacer una carrera y acabas haciendo otra". Es la influencia de la propia iconografía fotográfica la que revienta sus vocaciones, la contaminación visual que perciben en la misma escuela de arte, ya antes en el cine, en la calle, en los pueblos manchegos y en la misma televisión y que trasladan a su pasión por la historia, la de los siglos, la que muestra los primeros poblados ibéricos, romanos, fenicios, la que cuenta las tribulaciones de conquistadores y conquistados: "Es una pena: todo el mundo sabe hablar y escribir, pero no escribe, todo el mundo sabe manejar una cámara, pero no se dedica a ello. Tiene que haber una intención detrás para una dedicación exclusiva. Cuando decidimos dedicarnos a la fotografía ya era una necesidad para nosotros. Ya era nuestro modo de expresión. Queríamos contar cosas y pensamos que la fotografía era el mejor modo de hacerlo".


Campos de Fútbol. Casas de Lazaro.1993/ Bleda y Rosa

Trayectoria
En 1992 comienzan el largo camino hacia lo que sería un dilatado y desarrollado encuentro de pasiones. Surge, como suele suceder, de un momento espontáneo (una fotografía, claro), un disparo intrascendente aplicado a un eral con una portería de fútbol comida por el tiempo y el abandono en El Ballestero, donde José María acude regularmente con sus padres; después llegaría Casas de Lázaro donde ya son siquiera tres palos junto a la tapia del cementerio, más tarde: Campos de Fútbol, su primer proyecto y exposición en la Galería Railowsky de Valencia. En 1995 ya reciben el primer premio Arte Joven concedido por el Instituto de la Juventud de Madrid.

El tiempo, que María y José María saben administrar con la paciencia del artesano marca laboriosamente sus trabajos: Campos de batalla, Ciudades y Origen, que con Campos de Fútbol componen su imagen de marca: Bleda y Rosa. Los premios, el reconocimiento, las exposiciones, han ido acumulándose y, ahora son tres, deciden marchar a Londres: "Vinimos por que era algo que siempre quisimos hacer. Nuestros compañeros de estudios siempre utilizaron las becas para viajar y conocer mundo mientras que nosotros las empleábamos para producción de obra. Al final vivir una temporada fuera se nos quedó pendiente. El año pasado nos lo planteamos seriamente: o lo hacemos ahora o no lo vamos a hacer".



Campos de Batalla. Almansa/ Bleda y Rosa


El Premio
A nivel mediático el premio intenta cambiar su apacible vida en Londres y su minucioso proceso de creación. Ahora aparecen en todos los medios y su trabajo ha pasado de tener una mínima presencia en un contexto determinado a ser reconocido y examinado incluso: " Nos ha venido bien ahora con el premio vivir en Londres, porque no somos muy de salir, no nos dejamos mucho de ver, si hubiéramos estado ahora en España no lo hubiéramos podido evitar, de eso sí que nos hemos librado. En las artes plásticas siempre hay alguien detrás de ti mirando que estás haciendo, preguntándose cual es la próxima parada. Nosotros en ése sentido somos muy tranquilos, intentamos no meter la pata, no con el resto de la gente sino con las premisas que nos marcamos nosotros".


Campos de Batalla. Calatañazor/ Bleda y Rosa

María Bleda y José María Rosa viven desde hace unos meses en Londres. Desde la distancia asisten complacientes a un premio, a un reconocimiento de su obra, el Premio Nacional de Fotografía 2008 que antes disfrutaron Alberto García Alix (1999), Chema Madoz (2000), Toni Catany (2001), Joan Colom (2002), Carlos Pérez Siquier (2003), Ramón Masats (2004), Ouka Leele (2005), Pablo Pérez-Mínguez (2006) y Manuel Vilariño (2007), por no mencionar otros ilustres antecesores (Vallhonrat, Rivas...). " De los premiados anteriores –dicen- con el que más nos identificamos, y de hecho ya lo reivindicábamos en nuestra etapa de formación, es con Humberto Rivas, para nosotros sus retratos tienen la misma carga del paso del tiempo, de desolación, que las fachadas que él fotografía".


Campos de Batalla. Navas de Tolosa/ Bleda y Rosa

El Método
Desde sus orígenes en el noble arte del disparo fotográfico, a los albaceteños les interesó explicar la relación entre el espacio y el tiempo, como en el caso de las Batallas, esos lugares guardados en la memoria colegial con un registro puramente didáctico pero nunca físico: ¿existiría de verdad, quiero decir si no se habría tragado la tierra, el lugar donde Carlomagno sufrió la afrenta de Roncesvalles?, ¿y Atapuerca, donde en la batalla murió el entonces Rey de Navarra, García Sánchez III?, o Calatañazor, donde hasta "el diablo lloró la caída de los moros", de los moros de Almanzor, para ser exactos. Los premiados recuerdan ahora aquellos primeras experiencias: "Desde los tiempos de la escuela siempre nos preguntábamos porque no existían imágenes actuales de esos campos; nos sabíamos las fechas y las características de la batalla, pero del lugar lo ignorábamos todo. Uno pasa mil veces por Almansa y sin embargo no conoce el lugar donde se libró aquella gran batalla épica".
Precisamente fue en Almansa, fotografiando los lugares donde tuvo lugar la victoria del Duque de Berwick sobre el ejercito del archiduque Carlos de Austría, cuando les surgió la idea de repetir la aventura fotográfica en otros lugares épicos que quedaría plasmada en su segundo gran proyecto. Después de Almansa llegaría la de las Navas de Tolosa, Covadonga, Roncesvalles: "Nuestra intención no fue hacer un documento de cada batalla. Nos interesaba quitar la gente, el ruido, el escándalo de la confrontación"; María y José María, cuatro ojos para una foto y un pensamiento común: "Nos formamos los dos al mismo tiempo. Nuestras inquietudes culturales son las mismas. Si no fuera así no estaríamos haciendo un trabajo en equipo. Trabajamos con una cámara grande (una Mamiya), con trípode, y eso hace que: lleguemos al sitio, plantemos la cámara, la movamos, el uno mire, el otro escoja, en realidad somos uno, somos bastantes democráticos, hacemos las fotografías que a uno y otro nos parecen bien. Las que coincidimos son las que salen. Pensamos antes el tema y lo estudiamos. Al final no es el acto de disparar en ése momento; existe un antes, el disparo y un después".


Origen. Homo habilis. Garganta de Olduvai. 2008/ Bleda y Rosa

Bleda y Rosa siempre buscan el paso del tiempo y, sobre todo, les interesa inventar el tiempo pasado, en cierto modo temporalizar lo que es la imagen, la factura fotográfica y darle más profundidad a nivel de tiempo y de memoria e historia con los pequeños guiños que puedan presentarse. En su última serie Origen, puede aparecer un resto fósil en medio de un paisaje que apenas es perceptible o puede aparecer algo muy contemporáneo como las paletas o las herramientas de un paleoantropólogo. "En realidad lo que hacemos es una aproximación al paisaje, al espacio físico, e intentamos hacerla siendo fieles a nosotros mismos pero también haciendo ver que el territorio no es algo que sólo nos pertenece a nosotros, a nuestra generación, o a un momento determinado, sino que es un constante denominador común a muchas culturas, a muchas generaciones, incluidas las prehistóricas, de las que no somos tan diferentes. La historia no tiene por qué ser conforme se nos cuenta, no siempre es una verdad absoluta en la cada uno de nosotros ve el objeto, el lugar, del mismo modo. No hay dos personas que cuando ven, como nosotros, un campo de batalla acaben leyendo exactamente lo mismo. Por ello intentamos dejar las fotografías lo suficientemente abiertas como para que el espectador se enfrente al paisaje de forma que pueda pensar o reflexionar sobre aquello que admite ése lugar. No queremos dar un mensaje cerrado”.


Actualidad
María y José María, desde Londres, preparan un viaje a Etiopía y Kenia, después de visitar Tanzania, para terminar definitivamente con Origen, su última gran serie. Desde la capital inglesa también les llegan noticias de su actual muestra en Sevilla Estancias del tiempo, promovida por el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo: "Son series surgidas de pequeños encargos, trabajos intermedios, campos de pruebas, fotografías que encajan con nuestra obra completa, al margen de los cuatro grandes bloques: Campos de Fútbol, Campos de Batalla, Ciudades y Orígenes. Trabajos relacionados con la arquitectura. Transversales. Hicimos algo muy curioso sobre Berlín para La Vanguardia por encargo de ellos. Todos estos trabajos, junto con los anteriores, están recogidos en un libro recopilatorio que acaba de ser publicado".

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