Concierto del
guitarrista americano en Albacete el próximo 7 de noviembre
Esa noche se desvelará, podemos
presumir, la verdadera y exuberante dimensión del músico de
Filadelfia que ha tenido acostumbrados a sus seguidores,... bien, a
los aficionados al jazz en general, a un exquisito, depurado y
exhaustivo gusto por la música contemporánea y sus infinitas
maneras de interpretarla.
Es una buena noticia. Es una muy buena
noticia que Kurt Rosenwinkel aterrice en Albacete ese bendito viernes
de noviembre con motivo del festival de jazz en la ciudad.
Rosenwinkel maneja muchas versiones, muchas tendencias, a lo mejor
inspiradas todas a partir de las enseñanzas tutoriales que le
impartió desde el principio un verdadero maestro del vibráfono como
es Gary Burton, otro distinguido de los modos y las formas del bop.
Burton le dio alas, como la gaseosa de la tele: le incluyó en su
banda durante sus primeros años de bolos (la primera que militó
Kurt), le introdujo en los ambientes neoyorkinos más calientes y en
fin, le ayudó incluso con dinero y le conectó con músicos de
verdadero prestigio. Un padre, vamos. Y no descarto que el
vibrafonista empapara al joven Rosenwinkel las ideas y privilegios
de ser músico, de ser guitarrista, para poder interpretar
espontáneamente la piedra filosofal del jazz: el be-bop.
LAS BUENAS COMPAÑÍAS
Bueno, es una muy buena noticia porque
también hay que decirlo ya: Kurt Rosenwinkel es para muchos el mejor
guitarrista actual de jazz. Así sin más. Sin exageraciones ni
apasionamientos. Y es considerado así por, ya lo hemos dicho, su
enorme repertorio de registros: Metheny cuando quiere ser Pat;
Scofield cuando quiere ser John; The Notorious BIG cuando se
hecha a la espalda todo el espíritu de A Tribe Called Quest, un
combo de hip hop que le valió el reconocimiento coyuntural del
artista Q-Tip y la entrada por la puerta grande en la historia de la
música parlanchina. También por la importancia adquirida junto a
aquellos compañeros con los que empezó moviéndose en los comienzos
de sus aventuras/agrupaciones, allá por los noventa, alguno de los cuales como
el célebre batería fallecido en 2011 Paul Motian fue igualmente
decisivo en sus inicios, o como el rotundo saxo tenor Mark Turner o
los albaceteños (por habernos visitado alguna vez en el
festival de la ciudad) Brad Mehldau, Joshua Redman, The Bad Plus o
Jeff Ballard. suficientemente conocidos en el mundo del jazz, o como
el pianista Aaron Goldberg, otro de sus fieles quien sustituyó a
Mehldau en el cuarteto de 2004 y con quien vivió una de las
definitivas mutaciones al músico actual que ahora nos visita.
Goldberg, por cierto, también estará unos días después en
Albacete dentro del propio marco del festival. Yo creo también que
ser de Filadelfia y tener dos padres músicos profesionales tuvo que
influir algo para que el joven Kurt encontrara
pronto y fácil buenas fuentes de información para aquellos primeros
escarceos musicales que le indicarían qué significaba
exactamente aquella música de Thelonious Monk, Coleman Hawkins o
Bill Evans que tanto le ha marcado. Jugar con ventaja, de acuerdo,
pero aprovechando un talento que ya le venía otorgado por el
destino.
The Next Step. 2001 |
LOS DISCOS
Porque a todo el cúmulo de fidelidades
y refinadas compañías abría que añadir esa pequeña colección de
discos particulares editados, no más de doce y esa otra tonelada de
colaboraciones donde habría que habilitar un espacio especial para
enumerarlas (me apetece mencionar la de Donald Fagen en su álbum de
2012 Condos Suken). Entre los de su primorosa pequeña cosecha
yo me quedo con The Next Step (2001), quizá porque solemos
quedarnos con el primer trabajo escuchado de un artista cuando éste
nos sobrepasa. Me ha ocurrido con infinidad de ellos y he admitido
alguna vez que discos anteriores y posteriores han podido ser más
decisivos en la carrera de esos artistas, pero para estas cosas somos
bastante cabezones y yo sigo prefiriendo, en este caso, The Next
Step a, por ejemplo, Star of Jupiter (2012), el último y
ya dicen que su obra máxima, un doble que a más de uno que me sé
también le ha sobrepasado. En aquel de 2001, temas como Zhivago
o el Minor Blues me replantearon mis preferencias
guitarristicas en el jazz, pero también en el Your vision con
el clarinete bajo de Andrew D´Angelo, unos minutos para morirte
(Heartcore 2003) o sin ir más lejos el Interlude con
la flauta de Mariano Gil en el mismo álbum. Kurt Rosenwinkel se luce
especialmente en Refletions (2009) un disco de standars con
temas de Monk, Shorter... o en aquel que grabó en su garito
preferido de Manhatan, donde le quieren como a un hijo, el Village
Vanguard (The Remedy 2008). Pero hay quien prefiere ver al
niño que casi era en East Coast Love Affair (1996). Fue su
debut espectacular, asombroso, con Avisahi Cohen de bajista y el
batería catalán Jorge Rossy.
Ahora que Kurt Rosenvinge llega a
Albacete, repasemos que es un músico de 44 años que vive en Berlin,
tiene dos nenes e imparte clases diariamente en The Jazz Institute de la capital alemana y
que aún le restan otros 44 años para explayarse y mostrar alguna
que otra identidad no exhibida hasta ahora. Pues mira, seguro que una
de esas sorpresas que nos tiene reservadas para el futuro será
aparecer algún día en un gran teatro rodeado de baterías
resolviendo así uno de sus grandes dilemas a la hora de elegir
golpeador para una grabación, un bolo o una gira. No es que le ocurra
por insatisfacción ni por desconfianza con los que ha utilizado
hasta ahora, es por todo lo contrario: le gustan todos y los quiere a
todos, por eso los cambia en cada registro. Estoy convencido que
maneja un listado interminable de baterías que rota según turno
para cumplir esa profunda admiración que tiene por cada uno de
ellos. También estoy seguro de que esa fascinación le viene de sus
primeros años en la orquesta de Paul Motian, su maestro junto a Gary
Burton. El viejo tamborilero lo había bebido todo en el jazz, desde
el aroma mas amargo de Monk hasta el último sorbetón de Keith
Jarret. Con ésa pócima en la cantimplora Kurt Rosenwinkel pudo
fabricarse su propia marmita y bañarse en ella el resto de sus días.
KURT ROSENWINKEL NEW
QUARTET
Kurt Rosenwinkel - guitar
Alessandro Lanzoni - piano
Andreas Lange - bass
Allan Mednard - drums
Alessandro Lanzoni - piano
Andreas Lange - bass
Allan Mednard - drums
Teatro Circo de
Albacete. Viernes, 7 de noviembre. 21,00h.
Jazzalbacete 2014