8.1.18

Cáspita, otro año!!


Caen como moscas y nosotros alimentamos las fierecillas con una exaltación de la esperanza a veces exagerada. En realidad deberíamos reafirmarnos y celebrar (si es que tenemos ganas de tener un motivo para celebrar algo) que es simplemente una fecha siguiente, una fecha más del calendario, o sea: a las 24:00 horas del 31 del mes correspondiente suceden las 00,00 horas del día siguiente. Y punto.
Eso nos eximiría de cumplir años y esas zarandajas y tontunas que acompañan las celebraciones. Yo, por ejemplo, así, ya me hubiera quedado en los 46, que es una edad en la que has visto muchos cosas y aún te quedan las mejores por vivir. No lo he hecho porque si se hubiera cumplido mi capricho ahora estaría en el paro. Prefiero los 53. Por nada, me gusta el número y me siento ya como en plena madurez. Cosas de veterano.


Mientras me pongo discos de Tom Petty, Chuck Berry, AC/DC, Soundgarden, Al Jarreau y contemplo de reojo la película Paris-Texas (Sam Shepard, te llevaste en vida a la mujer de los sueños) para recordar los que se fueron en el puto 2017 admiro una vez más el trabajo que, también para STONE, ha enviado mi muy apreciado artista y amigo Ángel Mateo Charris. Un año más ha cumplido con la tradición de felicitarnnos, y eso que Charris anda ahora por los 33, esa edad en la que todo está por llegar.


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