20.12.11

Los Buenos, son ahora mejores

Lección magistral. Juan Carlos Rodríguez, Eduardo Fernández y Juan Andrés Descalzo dieron una lección, un repaso, a quienes llegan con el repertorio caducado y a quienes se fueron algún día -porque la vida es asín-, el pasado viernes, 9 de diciembre, en el Heartbreak Hotel (lleno a reventar). Una Browning M1919 atravesó el garito de norte a sur, de escenario a cabina, traspasó el almacén donde durmiera una noche bohemia Josele Santiago e incrustó su alimento en los meódromos de la abeja feliz. Sin reposo, sin admitir pestañeos, sin andarse con finuras de arreglos ni actualizaciones. El mismo perdigón, idéntica coplilla Kaos, mutada en un brutal escaneo.

Formidables, Los Buenos (se llamaron de otra forma -que rápidamente olvidé- por no espantar a los escépticos que ya hemos visto alguna calamidad salida del sarcófago). Demoledores y directos. Juan Carlos llegó como si lo rodearan talibanes. Sacó los mandamientos de su vieja tabla y resultaron estar en perfectas condiciones de uso. Y aquí llega la reflexión del repertorio: si una canción es buena vale para toda la vida. Lo curioso es que siendo Los Buenos un grupo para el recuerdo de nuestra historia local y vital, estos Buenos, los mismos de entonces, son aún mejores. Como si los años les hubiesen concedido el don del buqué, ese que se percibe al agitar la copa. Descalzo, el batería, dio una completa lección al más puro estilo Moon (Keith). Parecía haber estado esperando todo este tiempo para restregarnos sus baquetas por los morros: "No te enteraste", bramaba. Eduardo, el bajista, seguía, como si hubiera enlazado la última noche de Gabinete con la fiesta. Espectacular. Y las canciones Algo en mi ha hecho click o Llevé mi chica a bailar o Buenas noches mi amor (que ya incluyeron en el repertorio de República Gorila), aparecieron como recién hechas, echando chispas, como los magníficos doce minutos del arroz. El doctor Kilgore (Juan Carlos) montó su timba de descreídos y dejó las cosas claras. Keroseno en las entrañas, ya lo dije algún día al hablar de Kaos. Este viernes citado, Kaos bajó de los infiernos y se corrió una juerga con los agnósticos.

Te juro que lo he pensado últimamente; pero no, ahora sé que el pop, como yo lo entiendo, no ha muerto.

2 comentarios:

Marta dijo...

Hola!! Me encanta tu blog y, por su puesto, me he hecho seguidora ;D Felicidades!! Y aunque te lo dije ayer, insisto, enhorabuena por tu libro. Me parece una gran idea y estoy deseando tenerlo en mis manos como admiradora de Albacete y de sus talentos que soy. Un abrazo!! Marta.

Carlos de la Osa dijo...

Ten en cuenta que al amigo Descalzo no le falta de nada por Tomelloso. Por lo demás, totalmente de acuero contigo. Son un filón, ehh!!!!