29.1.11

Honky Tonky Sánchez en la Saramago



En un escenario hostil



No se sabe con certeza si el miedo escénico traspasa las fronteras del artista consagrado e idolatrado; menos, pero más comprensible, si éste se hace dueño del que empieza a abrirse puertas en el show-business; absolutamente lógico que le aborde a un principiante que debuta con todo su equipaje de sueños a pie de tablero. Lo que le ocurrió a Carlos Honky Tonky Sánchez el día de la presentación de su nuevo y brillante trabajo, Esta Tierra Hostil, no estoy seguro de que tuviera algo que ver con el consabido miedo escénico. Más bien con el peso de una responsabilidad que se había echado a las espaldas el artista, consistente en soportar el cúmulo de colaboraciones personales que habían querido estar en una jornada presublimemente histórica, que él tenía que dominar y el alto grado de expectativas que se había montado en torno a dicha presentación. No había nada más que mirar alrededor del patio de butacas de la sala Saramago para presumir que allí se había organizado algo especial alrededor de un músico que por fin se iba a consagrar como solista de una sinfónica.

Tardó tres veces, tres, como la desmemoria de San Pedro, en recordar el segundo verso de Pablo Borell, el tema que había elegido como entrada del espectáculo condenándose a sí mismo y en quejido comprensible -"¡no puedo con ésta tensión, esto me supera!"- por no estar a la altura de las circunstancias, justo en el momento que más lo necesitaba. El artista estaba superado, es cierto, por una crisis de ansiedad que su alta sensibilidad anímica le imponía. Los gritos de ánimo de la grada, el apoyo de sus músicos y la extraordinaria ocasión que se le brindaba hizo posible que hubiera concierto, que hubiera exhibición de poderío y que, efectivamente, todos los presentes gozaran de una ocasión histórica: Honky Tonky en las alturas.


A Carlos Navarro Karletti, Carlos Flan, José Manuel Mora, Julio Guillén, Eduardo Ferre, Javier/Chevi, Alfonso Matadero y Mariglo, grupo inicial, les cayó el marrón del motor gripado, también a los que esperaban turno en el backstage que no acababan de creerse el desbufande desesperado de Sánchez. Cuando supo decir "dos cruces tatuadas bajo su piel y hermosas palabras por una mujer" comenzó el concierto.


Y se cumplieron las expectativas. No era para menos el deslumbramiento de Sánchez. Músicos y música inundaron poco a poco el escenario en una exhibición difícil de olvidar en la que Sánchez se convirtió por arte de birlibirloque en un figurante más, eso sí, con mando y plaza. Las salidas de Carlos Cuevas y Rosendo Romero debieron darle algo más de confianza al aturdido vocalista porque los relatos de la Tierra Hostil fluían gozosos, como con un halo arrebatador que lo inundaba todo. "¡La que he liao, padre!", se lo oyó decir al maestro de ceremonias cuando ya no había marcha atrás y todo se desarrollaba según el ambicioso guión. Cuando sacaron las sillas y las acústicas -truco de concentración en la puesta de escena, hasta hace poco no habitual en los conciertos rock, porque no lo olvidemos, esto era un concierto rock en toda su dimensión- Rosendo, Kike González y Billy Pagan le dieron la intimidad que solicitaba El invierno de las cerezas, por ejemplo, una canción hermosísima. La voz de Honky Tonky era ya de panteón, de borrachuzo despechado, singular, de autor, más cercana al último Dylan aguardentoso y al Leonard Cohen viejuno que a su admirado Tom Waits. Es la voz y la guitarra de una personalidad que traspasa las fronteras de lo cotidiano. En El secuestro de Luis Morales y en Lucky Man, ya cuando el show se miraba el reloj, el arrebato emocional -coros de Llanos, Rosa e Isa, incluidos- tocaba techo y todos se alegraron de salvar al náufrago, músicos y público. Cuando aparecieron todos en el bis -incluido el propio conductor de Carne Cruda en Radio 3, Javier Gallego- en 12-God, nadie tuvo duda de haber visto un tipo genial sobre el escenario.


Fotos de Emilio Fernández
Concierto celebrado en la Sala Saramago, el viernes, 21 de enero de 2011.
Presentación del disco Esta tierra hostil

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Enhorabuena a Sanchez, todo lo mejor para él, en su artisteo en solitario..

Esgarracolchas dijo...

Qué grande es este Sanchez, qué grande.

Perros Felices dijo...

Un concierto emotivo y una alegria para quienes le queremos, que quedo claro que somos muchos...